• lunes 27 de marzo de 2017 - 12:00 AM

Acuerdos para la impunidad (3)

La falta de determinación de las autoridades panameñas, principalmente del Ejecutivo, Ministerio Público y Contraloría

La falta de determinación de las autoridades panameñas, principalmente del Ejecutivo, Ministerio Público y Contraloría, en el caso de la megaempresa criminal brasileña Odebrecht es cada día más evidente. No tienen la menor voluntad ni interés de que la ciudadanía sepa toda la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad.

Odebrecht continúa operando impunemente en Panamá y, sin duda, con sus sobrecostos y coimeando como lo hicieron ininterrumpidamente durante los últimos diez años. El ‘acuerdo verbal formal' de la Procuraduría –establecido para acordar con Odebrecht que no se realicen las investigaciones debidas, no se les multe ni se les sancione por los sobornos y demás delitos perpetrados– está en marcha. Procuraduría y Contraloría, fiscalías y auditores, pisotean la Constitución y las convenciones contra la Corrupción, además de la dignidad nacional.

Coimeadores y coimeados se pasean impunemente por el territorio nacional, siguen en sus cargos públicos o privados, mientras a la fecha la autoridades panameñas hacen todo tipo de malabarismos y maniobras políticas y diplomáticas, en Brasil y Washington, a fin de evitar que en Panamá se pueda saber qué y cómo pasó.

La atípica Fiscalía Especial Anticorrupción sigue sin auditar e investigar como corresponde, mientras que la Contraloría tampoco audita ninguno de los proyectos ejecutados por Odebrecht y el Órgano Judicial desempeña su papel de convidado de piedra y muchos nos preguntamos: los más de dos mil millones en coimas y sobrecostos, ¿dónde y en manos de quiénes están? ¿Volverán a las arcas nacionales?

Razón tiene la profesora Pizzurno al afirmar en un artículo de opinión: ‘Dentro de este escenario, quienes denuncian los actos de corrupción y exigen justicia se convierten, ipso facto , en enemigos del Estado, oportunistas políticos y antipatriotas deleznables que terminan siendo defenestrados y descalificados socialmente. De manera que, para evitar males mayores y convertirse en parias sociales, optan por el silencio'.

Eso es lo que buscan y quieren nuestras autoridades: una población sumisa y genuflexa que ‘confíe' en ellos y guarde silencio mientras pactan con el delito y los delincuentes.

Catedrático universitario

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