• sábado 04 de octubre de 2025 - 12:00 AM

7 de octubre de 1935

Luego de que el 29 de mayo de 1935, el entonces ciudadano Presidente de la República Harmodio Arias Madrid, firmase el Decreto cuyo primer artículo rezaba: “Créase la Universidad Nacional de Panamá...”, el 7 de octubre de ese mismo año, Don Octavio Méndez Pereira como su primer rector pronunciaba el discurso inaugural.

Ya desde entonces, con la visión propia de quien más impulso la creación de nuestra primera casa de estudios superiores, el Maestro de Juventudes, definía el significado profundo de la Universidad:

“En las naciones débiles y pequeñas como la nuestra, sobre las cuales se ciernen los nubarrones del imperialismo, cultura general, ciencia e investigación significan, más que en ninguna otra, autonomía, personalidad y libertad efectivas. Por eso consideré siempre una obra del más elevado patriotismo la creación y formación de nuestra Universidad. Ella constituirá, por derecho propio, por suficiencia y por solidaridad internacional de la cultura, el más avanzado vigía de nuestra pueblo y el más fuerte, consciente y eficaz defensor de nuestro destino”

Al cumplirse noventa años de su fundación, no se puede menos que rendir un homenaje póstumo a los compatriotas que acompañaron entonces a Harmodio Arias y Méndez Pereira en esa histórica acción. Sin embargo, el desempeño que tienen los que -hoy-, han secuestrado la Universidad para sus fines particulares y sus afanes reeleccionistas para satisfacer su gula de poder, hacen de este aniversario todo lo contrario a lo que debería ser.

En medio de la cada día más escabrosa de la educación nacional, es muy triste y decepcionante ver cómo otrora “primera Casa de estudios”, ha perdido en los últimos lustros, su excelencia académica y el “de servir de control a las fuerzas ciegas que se disputan el derecho de gobernar la república y de fortalecer en esta el espíritu de dignidad y de trabajo constructivo”, como planteó tempranamente su primer rector.

La Universidad Nacional de Panamá está hoy en manos de quienes son los principales autores de la violación de su autonomía, de su investigación de la verdad y de la difusión del saber. Los impostores del otrora templo del saber, no merecen felicitación alguna.

La Universidad Nacional de Panamá está hoy en manos de quienes son los principales autores de la violación de su autonomía.