Rubby Pérez, el joven quería ser beisbolista y terminó en el merengue

El dominicano falleció en el colapso de una discoteca en Santo Domingo.
  • miércoles 09 de abril de 2025 - 9:42 AM

El legendario merenguero dominicano Rubby Pérez falleció en el colapso de una discoteca en Santo Domingo. Su legado musical, lleno de éxitos y superación, lo convierte en una leyenda del ritmo caribeño.

Rubby Pérez, uno de los intérpretes más emblemáticos del merengue, falleció trágicamente el 8 de abril de 2025 en el desplome del techo de una discoteca. La noticia ha estremecido al mundo de la música tropical, que hoy llora la pérdida de una de sus voces más potentes y queridas.

Nacido como Roberto Antonio Pérez Herrera el 8 de marzo de 1956 en Haina, República Dominicana, su historia de vida es tan impresionante como su talento. En su juventud soñaba con ser beisbolista, pero un accidente automovilístico cambió el rumbo de su destino. A los 15 años perdió parcialmente la movilidad de una pierna, truncando su carrera deportiva y llevándolo, sin saberlo, al mundo que lo inmortalizaría: la música.

Durante su recuperación, comenzó a cantar y a tocar la guitarra. Con el tiempo, se formó en el Conservatorio Nacional de Música, donde cultivó sus habilidades musicales. Inició su carrera profesional en agrupaciones como Los Hijos del Rey, pero su gran salto a la fama llegó en 1982, al integrarse a la orquesta de Wilfrido Vargas. Su voz se convirtió en emblema de éxitos como “El Africano” y “Volveré”, y su presencia escénica era magnética.

En 1987 decidió independizarse y comenzar su carrera como solista. Fue entonces cuando Rubby Pérez se consolidó como un ídolo del merengue, con temas inolvidables como “Enamorado de ella”, “Sobreviviré” y “Buscando tus besos”. Su potente registro vocal lo hizo merecedor del apodo “La voz más alta del merengue”, y sus discos fueron premiados con oro y platino en distintos países.

A lo largo de más de tres décadas de carrera, grabó una docena de álbumes, realizó giras internacionales y llevó el merengue a escenarios de todo el mundo. Pero más allá del escenario, también enfrentó grandes desafíos personales, como la muerte de su esposa en 2022, a quien estuvo unido durante casi cinco décadas.

Rubby no dejó nunca de innovar. En sus últimos años incursionó en fusiones musicales, como su proyecto “Merengue Jazz Sessions”, que demostró su deseo constante de explorar nuevas sonoridades sin abandonar sus raíces.

Su inesperada muerte ha causado una conmoción generalizada. Se fue un artista, sí, pero también un luchador, un apasionado de la música y un símbolo de la cultura dominicana.

Rubby Pérez deja un legado sonoro imborrable. Su voz seguirá sonando en fiestas, emisoras, memorias y corazones. Porque hay artistas que nunca mueren: simplemente se transforman en leyendas.

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