Políticas culturales para un país en la búsqueda de la igualdad

Los países que han propuesto políticas culturales coherentes han logrado transformar sus sociedades como parte de la globalización, provocando cambios sustanciales en la manera de enfocar y enfrentar las realidades culturales, sociales y económicas en las cuales todos somos parte.

Las políticas culturales representan el conjunto de orientaciones y decisiones que los Estados acuerdan con la participación de las fuerzas vivas de la sociedad civil y grupos de interés que facilitan y ordenan metas y objetivos necesarios para la consecución de respuestas a una sociedad.

En ese sentido, los países ante las propuestas de los gobiernos que alcanzan el poder por la vía electoral democrática no pueden satisfacer las necesidades concretas de una sociedad sin la intervención de todos los sectores afectados de una y otra manera.

Esos consensos son posibles y permiten el logro de resultados si todos esos actores participan en diálogos y propuestas que deben ser consensuadas para que tengan un efecto que permita las transformaciones positivas de una sociedad.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), es vital que temas como la diversidad en los medios, la libertad artística y la igualdad de género fortalezcan las capacidades humanas e institucionales de los gobiernos y de la sociedad civil en países que están en busca de la consolidación de la identidad cultural y del desarrollo sostenible, humano y armónico de las naciones del mundo.

En la agenda global de desarrollo, la diversidad y las culturas vivas siguen siendo los protagonistas en un mundo que busca desesperadamente la paz, el bienestar y la posibilidad de construir sociedades incluyentes.

También es importante señalar que la realización de eventos culturales y artísticos, en un contexto de entretenimiento, no son suficientes para que evolucionemos culturalmente.

Es necesario establecer una hoja de ruta país que posibilite políticas culturales donde las diferentes expresiones culturales tengan los espacios correctos para desarrollarse.

La economía creativa envuelve aspectos que amplían más las posibilidades de una política cultural coherente y accesible.

La economía creativa, la diplomacia cultural, la educación de calidad y el turismo cultural representan un enfoque más amplio y ágil en las políticas culturales que deben ser transversales, integrales y adaptables.

Las políticas culturales deben fomentar el crecimiento económico inclusivo y participar en disminuir esas desigualdades que siguen siendo uno de los talones de Aquiles de los pueblos latinoamericanos.

Países que han pasado por traumas generacionales relacionados a guerras o catástrofes climáticas han sido lo suficientemente resilientes para evolucionar y salir adelante.

Nuestros pueblos tienen una deuda vigente que para ser saldada debe ser liderada por los gobiernos de turno que ante las realidades políticas necesitan abrir el compás y permitir que los consensos y acuerdos nacionales faciliten que de abajo hacia arriba se resuelvan las necesidades más apremiantes de la ciudadanía.

Las políticas culturales vienen a llenar ese cometido, facilitar por medio de diálogos, creatividad e innovación, el desarrollo humano coherente que reduzca esas desigualdades que afectan los derechos humanos de los individuos.