Las estrellas ladronas

‘Y las estrellas pobres,

Las que no tienen luz'1,

Las que se amontonan en las noches

De las ciudades de oropel;

Están planeando algo

Al estilo Robin Hood:

Robarán a los neones, a las casas y a las torres,

Ese brillo que enceguece al cielo.

La emboscada será

En la noche de luna nueva,

A la hora en que el lucero bosteza,

A la altura del árbol

Que abriga a las gallinas

Cuando el gallo se va de fiesta.

El ejército de estrellas pobres

-que no es lo mismo que pobres estrellas-

Lanzará dardos de cosquillas

A cada filamento, de cada foco loco

(que toditos tienen delirios de sol);

Y caerán los focos, uno tras de otro,

¡muertos de la risa!

No habrá tiempo para celebrar victorias,

Los que no estén durmiendo

Armarán tal alboroto,

Que en pocos minutos

Gobernará la Reina Confusión.

Deberán, rayirapidísimo,

Repartir el botín entre

Las pobres del ejército,

Guardar las reservas

Del otro lado de la luna

Para las que no pudieron bajar

Y, sin titilar siquiera,

Regresar a su guarida.

Aunque quedarán a la vista,

Nadie las verá,

Porque los hombres perdieron,

A fuerza de soles falsos,

La costumbre de contar estrellas,

Mucho tiempo atrás.

(Ahora ya lo sabes,

Cuando todo esté más oscuro que de costumbre

Y te despierten mil gritos,

Tú no te asustes,

Mira hacia arriba,

Que verás un cielo millonario).

Sobre la autora

Adriana Sautú es una bióloga formada en Argentina, que hecha raíces en Panamá desde 1990. Ha escrito cuentos, poesías y obras de títeres, algunos relacionados con su trabajo de educación ambiental y en ciencias. Es la creadora del personaje Escarbadillo, el armadillo arqueólogo, mascota del Sitio Arqueológico de Panamá Viejo.