La dura intrahistoria del panameño Cecilio Waterman

La hazaña titánica del internacional con la Selección de Panamá para triunfar en el mundo del fútbol. 
  • jueves 06 de agosto de 2020 - 10:48 AM

El delantero panameño Cecilio Waterman, quien actualmente defiende los colores de la Universidad de Concepción de la Primera División del fútbol chileno, narró algunas de las situaciones difíciles que tuvo que superar como un buen nueve de área para seguir adelante; una de ellas: el abandono de su madre. Sin dudas, un duro golpe para él y para su entorno más cercano.

“Me faltaban zapatos para jugar y mi padre siempre me los consiguió. Él se hizo cargo de mí y mis hermanos, porque mi mamá me abandonó cuando era chico. La busqué por muchos años y recién hace dos la conocí, pero no volvimos a hablar más. No tengo rencor con ella, pero son cosas de la vida que me hicieron más fuerte”, comentó Cecilio al Diario Concepción.

Añadió que “mi vida ha tenido altos y bajos, pero han sido más los momentos malos que los buenos". "Tengo 10 hermanos y mi papá nos mandaba a la escuela sólo con la plata para el pasaje, por lo que en el recreo solo quedaba mirar a los compañeros comer”, indicó.

Precisó, además, que "en primaria vendían una masa de harina con salchicha que ponían en el mostrador y, cuando tenía hambre, la tomaba prestada o robaba por decirlo así".

DUROS MOMENTOS

Waterman, de 29 años de edad, también se refirió a otro momento gris de su infancia: “Tuve una madrastra que me pegaba, pero le agradezco".

"Si no fuese por eso, habría seguido en el barrio o quizás dónde estaría. Uno nunca debe olvidar de dónde viene. En mi vida me han criticado mucho y estuve seis años sin que me llamaran a la selección, porque una vez en un partido todas las pelotas pegaban en el palo. Pero, ¿qué saco con desanimarme? Aprendí de eso y nunca me rendí. En toda mi vida siempre he luchado, por lo que debo seguir siempre adelante”, señaló.

LA LESIÓN

“Mi vida ha sido así, lo pasé mal por la lesión, pero ya está. Cuando estoy bien, siempre pasa algo, pero en mi vida estoy acostumbrado a luchar”.

URUGUAY, A LA VISTA

“Es que pasé toda mi juventud allá. Todas mis costumbres son uruguayas. Llegué joven y gracias a Dios me abrazó un compañero panameño que estaba allá. Luis Mejía me cobijó cuando estuve en Fénix, vivimos juntos en dos sillitas y una camita de una plaza. Me costó mucho y los primeros seis meses no jugué, porque hacía mucho frío. Son cosas sufridas que ahora uno piensa le tocó vivir, pero esa humildad nos llevó a continuar con nuestras carreras. Él es el arquero de Nacional ahora”.