El manual secreto para volver con tu ex

  • martes 18 de noviembre de 2025 - 12:00 AM

Una noche de reconciliación después de una ruptura no es cualquier noche: es el “reinicio del sistema”, el momento en que ambos deciden darle una segunda vida al amor sin dramas, sin reproches y con mucho humor para sobrevivir al intento. Porque sí, reconciliarse es un arte, y hacerlo bien puede ser la diferencia entre un nuevo comienzo o repetir la misma novela.

Lo primero es preparar el ambiente. No hace falta gastar un dineral; basta con apagar las luces, encender unas velas y dejar la casa oliendo rico. La idea es que al entrar, ambos sientan que están dejando atrás el caos y entrando en un territorio libre de discusiones.

El menú también importa. Nada muy pesado que los deje dormidos ni tan ligero que los deje pensando en pedir hamburguesas por delivery. Algo rico, sencillo y que les recuerde buenos momentos: pizza compartida, pasta casera o ese postre que solo ustedes dos entienden.

Luego viene el punto clave: la conversación. Pero ojo, conversación suave, sin sacarse los trapos al sol. Hablen de lo que extrañaron, de lo que quieren mejorar y, sobre todo, de lo que sienten ahora. Si empiezan a mencionar fechas y discusiones viejas, es señal de que necesitan otro postre antes de seguir hablando.

El toque final lo da el contacto físico. No tiene que ser nada de película, basta con un abrazo largo que derrita la tensión acumulada. A veces, un abrazo sincero dice más que veinte audios de WhatsApp. Y si la noche fluye hacia algo más romántico, mejor, pero sin presión: la reconciliación es para sanar, no para competir.