- viernes 28 de noviembre de 2025 - 12:00 AM
Antes que nada, bienvenida al club de quienes ya han visto a un conquistador corporativo en acción. Ese personaje existe en casi todas las oficinas del planeta. Pero aquí va lo importante: darle una “lección” directa puede dejarte a ti como la villana, y él seguir como el encantador de siempre. Así que vamos con inteligencia, estilo y sin perder tu paz. Nada desarma más a un coqueteador serial que alguien que no entra en el juego. Trátalo con respeto, distancia y cero señales ambiguas. Eso lo desconcierta más que cualquier plan elaborado. Este tipo siempre quiere reacción: risitas, complicidad, drama. Si tú no participas, deja de sentirse protagonista. A veces el silencio vale por mil discursos. Basta un “prefiero mantener nuestras conversaciones enfocadas en el trabajo”. Si alguna te cuenta que se siente incómoda, invítala a comentarlo con Recursos Humanos o con un jefe. Que sepan que no están solas. Eso sí es una lección poderosa. No necesitas “darle una lección” para que deje de coquetear con medio mundo. Tu verdadera victoria es que no pueda jugar contigo. Tú mantienes tu compostura, tu profesionalismo y tu tranquilidad y él queda desenmascarado por sí solo.