Invierno caluroso en Moscú, hay confusión

El cambio climático sacudió el fin de año ruso
  • miércoles 01 de enero de 2020 - 12:00 AM

Los inviernos rusos ya no son lo que eran, al menos en Moscú. La capital rusa vivió el mes de diciembre más caluroso de la historia. Y no sólo es que las temperaturas no bajen de cero, sino que no hay ni rastro del tradicional manto de nieve que cubre habitualmente sus aceras y parques en esta época del año.

‘Este año es realmente único por sus anormales condiciones climatológicas. Muchas plantas hasta se han equivocado de estación', comentó a Efe Antón Dubiniuk, encargado del Jardín Botánico adscrito a la Universidad Estatal de Moscú.

Si en un diciembre cálido - 1960 y 2008 - hubo diez días de nieve, en este mes ha habido sólo cinco días (16 milímetros frente a los 56 de media mensual). El problema no sólo es la falta de nieve, sino que la poca que ha habido se ha derretido nada más caer debido a las altas temperaturas.

En vez de una blanca navidad con cielos despejados, en Moscú los cielos estuvieron encapotados desde hace varias semanas. En vez de nieve hay lluvia, como si estuviéramos en abril. En vez de gorros, bufanda y botas, muchos moscovitas van con la cabeza el descubierto y zapatillas de deporte.

Los osos de los zoológicos son incapaces de hibernar. Las pistas de hielo se derriten. Las ‘gorki', las montañas de nieve en los parques desde las que se deslizan los niños y no tan niños en sus trineos, están cubiertas de hierba. Hasta las flores han comenzado a brotar.

‘Este largo período de altas temperaturas nos ha regalado unas cuantas curiosidades. En nuestro jardín han aparecido flores y brotes verdes. Y es que la tierra no tenido tiempo de congelarse', comentó Dubiniuk.

El jardinero mencionó entre esas ‘curiosidades' y ‘milagros' las campanillas de invierno, crocos, hellebores y prímulas, y arbustos como el redodendro, la forsitia y las daphnes.

Las anómalas temperaturas también influyen en el estado de ánimo y en la salud de los moscovitas. Y es que se juntan las altas temperaturas, la ausencia de nieve y la falta de luz. ‘Es verdad que estos días hay más catarros. El ser humano reacciona tanto a la temperatura como a la falta de sol. Ya lo dice el dicho: 'El frío mata los virus”, destaca Makárova.

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