- viernes 18 de diciembre de 2015 - 12:00 AM
SUERTUDO
Los residentes de Vilarandelo, Portugal, deben tomar una decisión que puede marcar para siempre la existencia de uno de los seres más adorados por toda la comunidad.
Se trata un cerdito al cual han llamdo ‘Pequeño Tony', que fue llevado al pueblo para reavivar una antigua tradición en la que los residentes alimentan al animal hasta engordarlo para rifarlo y luego ser comido.
El problema es que ahora algunos vilarandenses rezan para que no lo rifen. Pues el cerdito se pasea por todas las calles e incluso entra a la iglesia.
Por el momento no se ha tomado una decisión sobre el futuro del mamífero, lo que si se conoce es que el dinero que se ha recogido para la tómbola debe ser utilizado para la reconstrucción de la capilla de San Antonio.
