Sin subsidio, el sueño de una casa nueva se distancia

La suspensión del subsidio de vivienda que anunció el presidente José Raúl Mulino, el pasado jueves, está entre críticas y aplausos. Mientras que hay panameños que afirman que ahora será más difícil conseguir una vivienda, hay otros que aseguran que se acabó el ‘juegavivo’ que rondaba detrás de estos bonos.

De acuerdo con el economista Raúl Moreira, en efecto la eliminación del bono solidario de vivienda va a tener un impacto negativo importante en la economía de las familias de ingresos medios bajos y bajos, ya que van a tener que pagar más.

El economista enfatizó que no le parece que aplicar un interés preferencial sobre estas viviendas es la mejor propuesta, porque este se calcularía sobre un monto más alto, mientras que con el bono solidario el monto de capital era mejor. “La propuesta de gobierno beneficiaría más a los bancos que a las familias”, acotó.

A lo que se refiere Moreira es la propuesta que hizo Mulino de que las construcciones actualmente beneficiadas por el Fondo Solidario de Vivienda (FSV) sean trasladadas al régimen de interés preferencial, propuesta que fue respaldada por las promotoras.

El mandatario Mulino fue claro al comunicar a los ciudadanos que no se podía seguir con esta ayuda ya que existía una morosidad muy alta con las promotoras. El ministro de Vivienda, Jaime Jované, dijo que se deben más de $60 millones como parte de este programa.

Elisa Suárez, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Promotores de Viviendas (Convivienda), ha señalado que el sector comprende perfectamente que el bono como tal es insostenible y el Estado ha heredado una deuda de tres años, la cual supera los $82 millones.

Ha manifestado que no se oponen a que este FSV sea modificado, cambiado o reestructurado, pero considera que se debe transitar hacia otro mecanismo porque se deben buscar alternativas para la gente.

Han solicitado una reunión con el presidente Mulino para abordar el tema, ya que solo el sector que construye casas de interés social genera 17 mil empleos directos y 50 mil indirectos. “No solo es decir se elimina, sino qué se va a hacer con este segmento”, agregó.

De acuerdo con Aldo Stagnaro, asesor de compras Inmobiliarias, con el bono los consumidores podrían conseguir sus casas, al no tenerlo les tocará buscar viviendas más lejos y más pequeñas, desmejorando su calidad de vida.

Señaló que si el gobierno cierra la puerta del bono, al menos que mejore la flexibilidad a la hora de los permisos, que dé facilidades para trabajar y crear, por ejemplo, más infraestructura, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a las familias . “Porque al ahorrarnos tiempo, nos ahorra dinero”, argumentó.

Pero en redes sociales hay quienes afirman que el bono era el disfraz perfecto donde los que menos se beneficiaban eran los consumidores. “Era una maleantería pura, casas que valían sin el bono $40 mil, las subieron a $60 mil para que con el bono quedaran en $50 mil”, eran parte de los comentarios que rondaron con la suspensión de este subsidio.

También aprovecharon para denunciar la baja calidad de los materiales y los precios por las nubes de las viviendas, y piden al gobierno intervenir, porque comprar una casa en la actualidad cuesta un ojo de la cara.

Hay que resaltar que un estudio de la economista Maribel Wang de Adames, expone que el 39% del precio de la vivienda no está justificado.

El FSV, que venció en junio de este año, permitió que el Estado cubriera $10,000 del bono inicial para la compra de viviendas con un valor máximo de $70,000; y ahora solo queda la Ley Interés Preferencial que tiene una vigencia hasta diciembre de 2025 y que contempla el tramo preferencial del 4% en los préstamos para viviendas a nivel nacional, por 10 años norenovables, cuyo financiamiento sea mayor de $45.000 y no exceda los $80.000; 4%, por igualmente ocho años no renovables, para préstamos para viviendas a nivel nacional, cuyo financiamiento sea mayor de $80,000 y no exceda de $120,000.