Quiero un juguete para esta Navidad
- sábado 25 de diciembre de 2010 - 12:00 AM
P ara Zunari González, la Navidad se fue con la corriente de agua que inundó su casa en el corregimiento de El Llano, en el distrito de Chepo.
La bicicleta que hoy debía pedalear, entre los tropiezos y caídas, se encuentra sepultada en alguna parte de su casa.
Los demás juguetes que le habían prometido sus padres corren la misma suerte que su ‘bici’.
La niña de 10 años se encuentra refugiada en la Escuela Santa Isabel y cuando se le pregunta de las inundaciones, baja la cabeza en señal de que no quiere hablar del tema.
Su cara, aunque sonriente, guarda una tristeza acumulada que se aumenta tras el pasar de los días en un albergue, que por más cómodo que parezca, no es ni será como su casa.
Zunari asegura que se portó bien durante todo el año, eso quiere decir que tiene derecho a recibir regalos y más aún los que ella prefiera.
No se trata de lo bien o lo mal que se portó durante el 2010. Lo que arruinó la Nochebuena de Zunari, escapa de las manos de cualquiera.
Pero Zunari aún guarda algo de esperanza para compensar la tristeza que ha pasado en estos días.
Con la insistencia que caracteriza a cualquier niño de su edad, la niña está casi segura que debajo del árbol de 10 pies de alto, que se levanta en el refugio, habrá un regalo para ella.
Eso lo sabrá hoy cuando pasadas las 12:00 media noche asome la mirada y busque entre las cajas forradas su nombre.
No hay seguridad de que esto suceda. Lo único cierto es que la Escuela Santa Isabel será su hogar hasta que el clima les permita regresar a su hogar.
Mientras aguarda el momento, la pequeña corre despavorida con otra treintena de chiquillos que comparten la misma historia.
Entre saltos y brincos, trata de momento olvidar las penas que tiene. Pero no oculta su interés por el árbol navideño, no dice una palabra, sin embargo, sus ojos hablan de la curiosidad por saber si habrá un regalo para ella.
Zunari tendrá que esperar que se marque las 12:00 de la medianoche para despejar la duda que no la deja tranquila. Hoy, mientras se lee este artículo, ella estará estrenando su nuevo juguete o preguntándose ¿por qué el hombre de barba blanca y traje rojo no le dejó un regalo en el enorme árbol verde que dijera de Santa para Zunari González?