Una mirada histórica a la literatura panameña: el caso del Llanto de Panamá

Aunque hubo flujo de literatura que llega de España, el espíritu que imperaba era de amasar fortuna.
  • lunes 19 de agosto de 2019 - 12:00 AM

La primera ciudad asentada a orillas del océano Pacífico, lo que hoy son las ruinas de Panamá La Vieja, nunca ha sido considerado por los estudiosos como un centro cultural, como lo fueron las ciudades de México o Perú, dada las condiciones geográficas de tránsito, climáticas y de asedio de los piratas y corsarios.

Aunque hubo flujo de literatura que llega de España, el espíritu que imperaba era de amasar fortuna. Además, como señala Anderson Imbert, los prosistas y versificadores indianos miraban deslumbrados esos distantes brillos, sintiéndose pobres. Por ello era difícil considerar que en el Istmo de Panamá floreciera la literatura.

El sofocante calor y las constantes lluvias, y el trasiego de mercaderías del sur hacia la metrópoli hacen imaginar que la cultura era lo de menos. Por ello, hubo una estigmatización histórica de un pueblo sin espíritu y sin afanes por las manifestaciones de la cultura, letras y artes. Se podía pensar que en la ciudad de Panamá habitaban mercaderes incultos.

Sin embargo, la aparición de Llanto de Panamá, curiosamente, desmitifica esa concepción y abona un caldo de misterio, ya que cómo un puñado de poetas muestran su inquietud lírica en una ciudad acosada por contrabandistas y corsarios como es el caso de Henry Morgan.

Este libro que aparece en la primera mitad del siglo XVII como antología titulada "Llanto de Panamá a la muerte de Enrique Enríquez", está compuesto de poemas escritos por autores nacidos en Panamá. Por eso es de extrañar cómo, si vemos la calidad poética de esta antología, emerge esa producción lírica en un medio considerado hostil a las manifestaciones de la cultura.

Al leer el libro nos damos cuenta de que esta colección de poemas de diferentes poetas tiene una alta calidad poética y nos hace sospechar que estos poetas no surgieron por arte de magia solo por enaltecer la figura del gobernador Don Enrique Enríquez de Sotomayor, sino que sus escritos son fruto de una amplia colección de obras escritas anteriormente, que quizá por las circunstancia hostiles del medio como el incendio de Panamá La Vieja, se perdieron.

El Llanto de Panamá, antología de cuarenta y dos poemas clasificados según los tipos de versos muy de moda en aquella época: dos canciones, quince sonetos, dos composiciones en liras, dos octavas, una redondilla, cuatro composiciones en décimas, una endecha, cuatro glosas, seis jeroglíficos, dos epitafios y tres modelos de decasticon, es una elegía a la muerte del gobernador don Enrique Enríquez de Sotomayor, fallecido en 1638 y que entristeció a toda la sociedad panameña, lo que motivó la inspiración de los catorce poetas, que –como hemos señalado- tienen un buen acervo cultural de la literatura barroca, lo que evidencia que no eran unos simples vates, sino consumados poetas que se formaron de la literatura clásica española.

Por ello, es extraño la importancia que reviste para esa fecha en la ciudad de Panamá estas composiciones cultas, algunas de ellas en lengua latina, y por catorce poetas, que se puede decir que es considerable para una población muy escasa. Se aprecia en este grupo de poetas un lenguaje culto similar a los libros del mismo género que en aquel período se escribieron en España.

Cabría considerar como lo señala D. Antonio de "una generación poética panameña de 1638", en aserto plenamente documentado. Si el "Discurso biográfico", título del texto en prosa, interesa a la historia política, el repertorio poético tiene el alcance de un descubrimiento. Entre la estigmatización reinante-- que empaña el escenario de la cultura colonial panameña, constituye un hálito de luz que contradice lo que señala Concha en el sentido de que los escritores y poetas del Nuevo Mundo, en especial del Istmo de Panamá, experimentaban una condición de marginalidad cultural, ya que en ningún momento estuvimos totalmente marginados del proceso intelectual y de las letras de Hispanoamérica.

Desde el punto de vista de la técnica poética quizá lo más notable es el cultivo de la décima normal, llamada décima forzada. Explica don Antonio Serrano de Haro que es exclusiva de la literatura española, y solo esporádicamente imitada en otras literaturas europeas. De este libro, los que la cultivan cuando en España prácticamente había desaparecido, son dos panameños, los dos mejores poetas de los representados: Mateo de Ribera y Ginés de Bustamante.

Podemos considerar que El Llanto de Panamá, además de situarse con derecho en las primeras páginas de la literatura nacional, por ser fruto de la primera generación poética, obliga a un reexamen de la realidad histórica solo conocida anteriormente por referencias parciales de las crónicas castellanas sobre las ferias de Portobelo, el contrabando y las incursiones de los bucaneros. Según nos llamara Pedro Cieza de León. "Pueblo de contratantes,' en sus Crónicas de la Conquista del Perú, lo que nos había dejado estigmatizados como un pueblo sin espíritu, sin afanes por las manifestaciones artísticas, este libro no solo desmiente estas apreciaciones, sino que deja un halo de misterio sobre el cultivo de letras en la primera ciudad del Pacífico.

HISTORIADOR

Últimos Videos
comments powered by Disqus