Los errores políticos nos llevaron a la invasión, dice Balbina Herrera

Antes de entrar en el artículo de fondo expreso mi pesar por la muerte del presidente James Carter. Lo veía como un panameño más. Hizo de nuestra causa la suya. Se jugó su futuro político, pero sus convicciones democráticas fueron más fuertes. El miércoles 31 será merecedor del espacio En positivo. Gracias presidente Carter por lo que hizo por Panamá. Dios le reciba como lo que fue. Ahora, pasemos al testimonio de la líder política de San Miguelito, el cual aparece en el libro “La invasión, reconstrucción de los hechos”, de los autores María Teresa Patiño Amor y este servidor.

La ingeniera Balbina Herrera Araúz también fue protagonista de muchos eventos históricos. Ella forma parte de la agrupación política conocida como Partido Revolucionario Democrático que nació al calor del querer e iniciativa de los militares. Para los tiempos de la invasión se comentó que fue ella quien le abrió las puertas a Noriega para que escondiera en su casa de San Miguelito. Esta es una leyenda urbana, para esa época ella se encontraba en Ecuador. Este es su punto de vista sobre la invasión.

“Hay sucesos históricos que impactan a la nación e igualmente marcan a las familias que los vivieron como protagonistas directos y testigos, de un lado o del otro. Desde la época colonial con su belleza exuberante, su fauna, su flora, sus culturas indígenas y la presencia de los afrodescendientes, conforman parte de los eslabones de cómo se fue estructurando nuestra panameñidad con los elementos étnicos que la conforman. En su momento, los indígenas y los afrodescendientes construyeron los caminos, en las rutas coloniales, que marcaron el valor transitista de este nuestro istmo. Posteriormente otra ola de migrantes llegó a Panamá para la construcción del ferrocarril en 1855. Otros hechos fueron conformando nuestra historia.

Panamá se independiza de España el 28 de noviembre de 1821 y de inmediato se une a la gran Colombia, sin embargo, y frente a la incapacidad colombiana de propiciar el progreso de nuestro país, Panamá se separa el 3 de noviembre de 1903, y pacta con Estados Unidos la construcción del canal, que fue inaugurado en 1914. Estos sucesos fueron marcando la historia nacional, pero no son los únicos: el 9 de enero de 1964, el ejército de Estados Unidos hiere a 500 panameños y asesina a 21, que exigían que nuestra bandera ondeara en la Zona del Canal.

En 1977, se firman los tratados Torrijos Carter, que devolvieron el canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999. Pero antes, el 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos invade Panamá, para derrocar al general Manuel Antonio Noriega, desmantelando el ejercito panameño. Los sucesos descritos, dejaron su huella política y social en la sociedad panameña.

Hoy con 24 años del siglo XXI, analizo el pasado, para expresar desde mi experiencia y la de mi generación lo que para nosotros representó el proceso revolucionario desde 1968 -1989, mientras otros califican de dictadura militar este período. Pero sobre este tema, reflexionaremos y hablaremos posteriormente. En 1972, siendo estudiante del Instituto Nacional nos tocó participar en las últimas etapas del proceso de liberación nacional UN SOLO TERRITORIO UNA SOLA BANDERA; escuchamos la reunión del Consejo de Seguridad en 1973. Con un optimismo cauteloso, vimos la firma de los tratados Torrijos- Carter en1977, lo mismo que del denominado “veranillo democrático” de 1978, que permitió la participación de la oposición en el contexto político.

La realidad es que con la muerte del General Omar Torrijos Herrera cambia el papel de la Guardia Nacional bajo la conducción del general Noriega. La invasión de 1989 tuvo carácter político, económico, diplomático y militar, por parte de los militares norteamericanos y errores cometidos por el liderazgo político del esa etapa como la muerte de Hugo Spadadora; el quiebre interno de las fuerzas de defensa; la anulación de las elecciones generales de 1989 y no aceptar la salida negociada de la cúpula militar, con la oposición y sectores del gobierno norteamericano. Desde mi perspectiva expreso cuales fueron las causas de la invasión. Aspectos que las presentes y futuras generaciones deben analizar, respetando los diferentes puntos de vista para así lograr sanar estas heridas, entendiendo que fue un hecho traumático, un golpe certero a nuestra identidad, a nuestra soberanía.

Viajé el día 17 de diciembre 1989 a Ecuador... se preparaba un acto en la universidad Central de Quito para conmemorar los 26 años de la gesta del 9 de Enero de 1964. No pude regresar hasta finales de enero de 1990, encontrando un país distinto. La incertidumbre reinaba en una ciudad totalmente devastada, luego de los saqueos y el incendio de El Chorrillo. Sentí una profunda tristeza por las pérdidas humanas que hasta el momento no se sabe con exactitud cuántos perdieron la vida, familiares buscando con dolor a hijos, vecinos, compañeros desaparecidos, episodios que están gravados en la memoria colectiva de las familias panameñas . Los meses y años siguiente seguimos trabajando para lograr nuestra soberanía total en el año 2000. Honrar a todos los que perdieron la vida en esta invasión, en los que creyeron con valentía en el proyecto de liberación nacional, hoy el 20 de diciembre es duelo nacional, y se reconoce que nada justifica una invasión a un país, por tropas extranjeras.” Hasta aquí el testimonio de Balbina Herrera. Aplaudimos cuando reconoce que parte de las causas de la invasión estuvo en los errores políticos de la época. Abrazos.