La deserción escolar contribuye al aumento del riesgo social

Está situación estudiantil se está convirtiendo en un problema de riesgo social.
  • lunes 20 de mayo de 2024 - 12:00 AM

La falta de políticas públicas sostenibles refleja una baja institucionalización de la educación y en la deserción, son factores cruciales que deben garantizar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial de desarrollo.

La deserción escolar es un indicador importante, aunque se está planteando utilizar el término de exclusión educativa. Este concepto se refiere cuando el estudiante abandona o interrumpe sus estudios antes de completar su grado académico en cualquier nivel educativo, (educación primaria hasta la superior). Está relacionado cuando el estudiante deja de asistir a la escuela o universidad sin completar el programa académico. Sigue siendo válido, aunque existe una interrupción del proceso educativo, ya sea temporal o definitivamente.

La deserción escolar es multidimensional, por las múltiples variables que intervienen de índole socioeconómica, familiar, personal, institucional, entre otras. Factores como bajos ingresos, falta de apoyo familiar, problemas de salud, dificultades de aprendizaje, repitencia, ausencia docente, huelgas, problemas de infraestructura, calidad de la educación, etc.

El problema de este fenómeno social educativo es que tiene Impacto negativo a nivel individual como social y económico. Reduce el capital humano de nuestro país, limitando las oportunidades laborales y reproduciendo el ciclo de pobreza y desigualdad.

Está situación estudiantil se está convirtiendo en un problema de riesgo social, he recomendado su consideración como tema de “seguridad nacional“, el nuevo gobierno debería declarar la educación como una “emergencia nacional”. En los últimos años aumento con algunas fluctuaciones. Los indicadores muestran un incremento significativo en la cantidad de estudiantes que abandonaron sus estudios: 2015 fueron 19,273, 2016 12,300, 2017 12,500, 2018 14,023, 2019 14,000, 2020 12,785, 2021 15,293, 2022 20,000. Los últimos seis años la deserción estudiantil pasó de 14,023 a 20,000.

El crecimiento se refleja en distintos niveles educativos. Son más del 30% de los estudiantes de la media que no asisten a la escuela, sin considerar las áreas más vulnerables que tienen puntuaciones mayores, como las Comarcas. Casi el 50% de los que entran a primer grado no termina el duodécimo. Se presenta una reducción en la matrícula en todas las provincias y comarcas indígenas, a medida que avanzan los grados. La pandemia en 2020 incrementó esta problemática, a más del 60% en el año 2022, representando una cifra alarmante de más de 20,000 estudiantes que abandonaron las aulas en ese año.

En el año 2023 desertaron de 9,145 estudiantes, con una matrícula de 706,537, representado 1.3%. La pregunta que surge es ¿dónde están esos estudiantes? ¿qué vamos a hacer para recuperarlo? .....en el 2019 cerca de 137 estudiantes de edad escolar estaban fuera del sistema escolar. UNICEF (2020), reportó que el 53% de las escuelas recibieron algún tipo de educación a distancia (831 escuela) de 3103 aproximadamente... Esta cantidad simboliza el 9,8% de la población total en este rango de edad. Existían 192 mil estudiantes de educación primaria, premedia y media escolarizados, con riesgo de abandonar sus estudios, y de estos, 73.000, están en riesgo grave de salirse. El 47% de escuela oficiales tenían internet, y el 52% reportaron tener agua potable.

Otro factor de deserción puede ser la falta de infraestructura tecnológica, en el año 2020, 57,000 niños no dieron clases, ni siquiera a distancia. El 40% de los niños se educaron por WhatsApp, más del 50% de los estudiantes mayores de 15 años no asistió a la escuela de manera regular. La UNESCO introdujo el concepto de catástrofe generacional por está situación.

Se recomienda establecer estrategias que pueden ayudar a identificar las posibles causas del abandono escolar, es importante crear en el MEDUCA un Centro de Investigación e innovación educativa. Se requiere hacer un llamado a las Universidades panameñas para que desarrollen Centros de Investigaciones en educación con el apoyo de SENACYT. Es urgente solicitar a la Universidad de Panamá que establezca un “Observatorio en Educación”, donde aborden temas educativo que involucren problemas familiares, económicos, académicos y sociales.

Hay que desarrollar programas de apoyo académico y emocional que realicen cursos de tutoría, asesoramiento académico. También crear un ambiente de aprendizaje positivo, fomentando un entorno escolar seguro, inclusivo y estimulante. Ofrecer opciones educativas flexibles con programas alternativos, como: educación a distancia, programas no formales o educación vocacional, adaptándolo a sus necesidades individuales.

Es fundamental involucrar a la comunidad educativa participando activamente en la retención estudiantil. Incluir programas de participación familiar, actividades extracurriculares en la comunidad y colaboraciones con organizaciones locales. Implementar sistemas seguimiento y monitoreo para identificar a estudiantes en riesgo de abandono para realizar intervenciones tempranas. Se debe desarrollar programas de reinserción, reintegración para los estudiantes que desertaron. Es importante la calidad de la educación para motivarlos a permanecer en la escuela.

Catedrático Universidad de Panamá. Presidente de TRINKA
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