Juramentación de los Martinelli: lo que ocurrió es legal, pero no ético
- jueves 17 de agosto de 2023 - 10:38 AM
Ayer me preguntaron sobre las intenciones de los hijos del loco mayor de juramentarse como suplentes del ParlaCen. Mi respuesta fue categórica… a ellos les asiste la ley, pero no la ética. También me dijeron que por haber sido condenados en Estados Unidos ellos no tienen derecho.
Explico… para ser miembros del ParlaCen los aspirantes deben cumplir con los mismos requisitos que se les exige para ser diputados en sus respectivos países. ¿Qué se requiere para ser diputado en Panamá? No poseer condenas por delitos dolosos que establezcan una pena privativa mayor de los cinco años, a través de una sentencia otorgada por el Tribunal de Justicia panameño. La condena que ellos tienen no es de un tribunal panameño y si fuera el caso, el juez gringo determinó 3 años de cárcel.
En pocas palabras, esta situación tampoco los inhabilita. Ahora, las personas de bien, frente a un dilema de esta naturaleza, escogen lo que es ético, aunque la ley los ampare. Veamos los recientes ejemplos de aquellas personas que fueron electas para cargos comunales y municipales. La ley les permitía cobrar el salario del puesto público que dejaban por licencia, más el nuevo por la posición ganada en las elecciones. Aquellos que tienen a la ética como máxima expresión de lo que debe ser la conducta diáfana y correcta renunciaban a esa prerrogativa. Otro ejemplo… los diputados tienen, además del salario, varios derechos que están consignados por ley. Ana Matilde Gómez no los utilizó, como también lo hicieron Juan Diego Vásquez y Gabriel Silva. Ellos saben que por ley tenían derecho a combustible, exoneración en la importación de autos y muchas otras canonjías. Según sus estándares éticos no es correcto gozar de ellos cuando el salario de diputado da para costearse lo que por ley les ofrecen.
Frente a estos dilemas el ser humano nos va a demostrar de qué está hecho. Los hijos del loco mayor buscan la protección que les da el ser suplentes del Parlamento Centroamericano, pero viene la pregunta… ¿El acto de toma de posesión suspende lo que está haciendo la justicia ordinaria en las investigaciones donde ellos y su padre están involucrados? Según varios abogados consultados el proceso no se suspende, pero cambia de operadores de justicia. Ya no será una juez o un fiscal, ahora le tocará al pleno de la Corte Suprema de Justicia actuar, tal como se hizo en aquella ocasión cuando la Asamblea Nacional juzgó al magistrado Moncada Luna. Y es que, en Panamá, según las leyes, los magistrados son juzgados por los diputados y estos juzgan a los magistrados. Ahora, los hijos del loco pasan a tener los privilegios de un diputado. Estoy siguiendo a varios ciudadanos que opinan en las redes y aquellos que defienden la honorabilidad, la justicia y la ética no comprenden lo que está pasando. Miren el panorama que se puede presentar… La Corte toma el caso; permiten que por laberintos y argucias el mismo se extienda. A los hermanos se les acaba la inmunidad el otro año; este privilegio solo es por cinco años. Una vez cumplida esta etapa, si la Corte no ha fallado el negocio vuelve a la justicia ordinaria. Vienen las elecciones y de nuevo son elegidos para un cargo a principal o suplente a diputado. Si en ese instante la justicia ordinaria no ha fallado, de nuevo adquieren la inmunidad y de nuevo va para la Corte.
Este país es una caricatura de democracia. Somos el hazmerreír del mundo y todo por hacerle la venia a una familia que desde hace muchos años ha hecho lo que le da la gana. ¿Cómo se sentirán estos funcionarios judiciales cuando sus hijos les pidan explicaciones sobre sus actuaciones? Burla, desenfreno, prebendas, vendettas, negociaciones oscuras, etc. Eso y mucho más es lo que hay en este entramado. ¿Cómo surge este organismo regional? Su génesis se da en Panamá con la conformación del Grupo Contadora, organismo que inicia en enero de 1983. En ese tiempo Centroamérica se desangraba por la guerra de guerrillas y por las luchas ideológicas. Según informes, casi 300 mil personas murieron por estos enfrentamientos. Se le dio el nombre a ese grupo debido a que la mayoría de las sesiones se daban en la isla del océano Pacífico llamada Contadora. Los países que lo integraban fueron Venezuela, Colombia, México y Panamá. Los principios sobre los que se basa la intervención del Grupo de Contadora son: autodeterminación, no intervención, desmilitarización y democratización.
En junio de 1983 el consejo de la Unión Europea ofrece, por primera vez, su apoyo a las iniciativas de paz en la región. Comienzan a darse los primeros pasos para el desarme y la declaración del cese el fuego. El Parlamento se instaló el 28 de octubre de 1991, con 65 diputados centroamericanos que representan a 13 partidos políticos. Posteriormente se agregan 2 diputados por el Estado de Nicaragua, que hacen un total de 67 diputados que representan a 14 partidos. El 13 de octubre de 1993, el Gobierno de Panamá suscribe el Tratado y sus Protocolos. El 16 de mayo de 1994, la honorable Asamblea Legislativa aprueba los citados instrumentos. El 28 de octubre de 1996, tomó posesión para el período 1996-2001, los 66 diputados electos por Guatemala, Honduras y El Salvador. El 21 de enero de 1997 inician sus funciones los primeros 22 diputados centroamericanos por el Estado de Nicaragua. La composición del Parlamento es de 88 diputados y 20 parlamentarios designados que representan a 31 partidos políticos de la región. El 26 de enero de 1998 se juramentan 4 diputados designados como observador de República Dominicana, que hacen un total de 88 diputados y 24 diputados y parlamentarios designados, que representan a 35 partidos.
Con el surgimiento de gobiernos democráticos y los acuerdos de paz se convino darle garantías a los presidentes que iban a tener la tarea de recomponer la sociedad en sus países. En esos afanes de seguro que iban a pisar callos e intereses y por eso se le dio el derecho a que una vez cesaran en sus funciones adquirían el privilegio de ser miembros de ese parlamento con las prerrogativas y las inmunidades del caso. El fin del ParlaCen es hacer de Centroamérica una nación gigante, con pasaporte único. No es lo mismo negociar de forma individual, que en bloque… Uno de los inspiradores de este organismo Roberto Carpio Nicole, con ese espíritu de unidad, gritó una vez en vida… “¡Nací guatemalteco, pero quiero morir siendo centroamericano! No se concibe que siendo una región pequeña hay que hacer protocolos de migración para entrar a cada país de Centroamérica cuando podemos emular lo que pasa en la Unión Europea.
Muchos piensan que Panamá debe retirarse de ese organismo. Opino lo contrario… debemos estar allí para cambiar lo que amerite y fortalecer lo positivo. Esta organización no ha sido entendida por la mayoría. Allí se dan negociaciones interesantes para el desarrollo y progreso de cada nación que forma parte de ella. Así como deseamos cambiar a nuestra Asamblea Nacional también debemos luchar para hacerlo con el ParlaCen. Sobre los acontecimientos recientes el doctor Francisco Sánchez Cárdenas dice: “Increíble como se juega con la justicia y dignidad de un país cuando se tiene poder y riqueza y coexisten con funcionarios incompetentes y venales. Mientras que otros países terminaron con casos de Odebrecht y anexos aquí bailamos al ritmo de locos. Somos el hazme reír del mundo.”
No sé ustedes, pero estamos dejando que la temperatura de esta nación llegue a los niveles de una olla de presión, después no me vengan con lamentos si algo catastrófico pasa. Estamos sembrando escenarios muy peligrosos… diría… de terror. ¿Y qué opina usted?