Fracasos y deserción, un problema de nunca acabar

LIMITACIÓN

Un ajuste curricular en los procesos de enseñanza aprendizaje en las aulas de clases, necesita implementar el Ministerio de Educación (Meduca) para que los estudiantes tengan interés en adquirir mayor conocimiento con lo que se prevé que los alumnos no deserten de sus estudios o fracasen en las diversas asignaturas impartidas.

Carlos Staff, viceministro de Educación, informó que ‘los factores que inducen a que los muchachos dejen la escuela, es la ausencia de la tecnología en los métodos de enseñanza que hace que el alumno no tenga el interés en estudiar. Ellos no requieren transmitir información, porque se desea que los procesos de aprendizaje sean motivadores para que definan en qué áreas desean prepararse o especializarse profesionalmente'.

Dijo que hay regiones que tienen niveles de pobreza dramáticos, porque cuando no hay para la alimentación, el transporte o los zapatos hace que los muchachos se salgan del sistema y hasta tengan que trabajar. Otra incidencia negativa, son los hechos delictivos que hace que el alumno que no estudie sea un candidato potencial para formar parte de las pandillas de delincuentes en el país.

Staff expresó que el comportamiento académico de 2017, tras analizar los dos primeros trimestres, en comparación con 2015 y 2016, se mantiene en un rango similar de 95% de aprobación.

Según un informe presentado por el Meduca este año, las materias en que más deficiencias hay son matemáticas, español, ciencias naturales y sociales e inglés, en el nivel primario. Con igual comportamiento en la premedia, excepto las ciencias sociales.

Sin embargo en la educación media, son asignaturas como física, biología, química, español, ingles y matemáticas en las que hay un porcentaje alto en los fracasos escolares.

Diógenes Sánchez, dirigente magisterial, indicó que para este año habrá un aumento de los estudiantes que fueron reprobados.

Otras de las incidencias, aseguró el dirigente, es el mal uso de tecnología (celulares), porque se han convertido en la distracción de los alumnos, aparte de las malas estructuras de los planteles, la falta de fiscalización de los padres y una cultura en comunidades que enseñan antivalores.