El Cristo Negro de Portobelo: historia, fe y milagros

Cristo Negro de Portobelo, es una de las imágenes sagradas más seguidas y veneradas en Panamá. La celebración atrae a miles de feligreses de todo el país y fuera de él, quienes acuden para rendir culto y participar en las actividades religiosas que se organizan en su honor.

Existen dos leyendas de cómo Jesús Nazareno llegó a Portobelo. Según relata el profesor Fermín Garibaldi, miembro del Comité Jesús Nazareno, en una ocasión llegaron a Portobelo dos imágenes de Cristo, una blanca y una negra. Se decidió dejar al Cristo blanco y llevarse al negro. Sin embargo, el barco que debía zarpar con el Cristo negro se encontró con fuertes tormentas, hasta en cinco ocasiones. Ante esta situación, el capitán expresó que parecía que el Cristo negro deseaba quedarse en Portobelo.

Finalmente, se decidió intercambiar las imágenes y el barco pudo zarpar sin contratiempos. De ahí surge la creencia popular de que el Cristo Negro eligió a Portobelo como su hogar.

Por otro lado, la segunda versión que cuenta la productora Portobelove, menciona que el barco llega a Portobelo con la imagen de Jesús Nazareno y cada vez que querían salir del puerto, había mal tiempo. El capitán decidió tira la caja con su imagen a la bahía y luego un indígena de la zona se encontró la imagen y la llevó a la iglesia.

Ambas leyendas, cargadas de simbolismo y misterio, han contribuido a forjar la devoción que hoy en día sienten los panameños hacia el Cristo Negro de Portobelo.

Cada año, en el mes de octubre, miles de creyentes viajan a Portobelo para participar en las actividades en honor al Cristo Negro.

Según el profesor Fermín Garibaldi, la primera procesión en honor al Cristo Negro de Portobelo tuvo lugar en 1674, tan solo 16 años después de la llegada de la imagen en 1658. La historia cuenta que una epidemia de viruela azotó a la población, cobrando numerosas vidas. Ante ello, los habitantes de Portobelo realizaron una promesa al Cristo Negro. Si eran liberados de la plaga, organizarían una procesión en su honor cada año.

Milagrosamente, el 21 de octubre de 1674, nadie murió. Tomando esto como una señal divina, los pobladores cumplieron su promesa y desde entonces, cada 21 de octubre se lleva a cabo la tradicional procesión en honor al Cristo Negro.

Se realizan misas desde el 21 de septiembre, también, actividades especiales de peregrinación parroquial, tardes de alabanzas y unción de enfermos.

Del 13 al 21 de octubre es la novena. Así mismo, el 21 la solemnidad y procesión por la noche, así lo hace saber Milagro De La Cruz, del Santuario Jesús Nazareno.

El Cristo Negro de Portobelo ha sido testigo de innumerables vivencias y ha dejado huella en la vida de sus devotos. Desde milagrosos salvamentos hasta momentos de reflexión.

Luis Fernández, de 42 años, es cargador del Cristo Nazareno desde 1997. Narra a Portobelove su devoción al ‘’Naza’’. Cuenta que su padre, en una muestra de fe, caminó desde Panamá hasta Colón para pedir que el nacimiento de Luis fuera un parto seguro, ya que su madre tuvo complicaciones durante la gestación. Gracias a ello, Luis nació sano y salvo. Desde entonces, él ha mantenido una profunda conexión con el Cristo Negro, y lo agradece siendo cargador todos los años.

La devoción al Cristo Negro de Portobelo es más que una práctica religiosa. Los testimonios demuestran que la fe en él trasciende barreras de tiempo y distancias. La procesión anual es una celebración de la fe y comunidad.

Así mismo, es un pilar fundamental de la identidad panameña y un legado que se transmite por generaciones. Siendo esta una tradición que ha marcado la vida de innumerables personas y que enriquece el patrimonio cultural de Panamá.