‘Las deudas públicas de los países jamás se pagan, se refinancian', Ernesto Pérez Balladares
- lunes 07 de junio de 2021 - 12:00 AM
Adquirir deuda para equilibrar el presupuesto nacional no parece alarmar tanto al expresidente Ernesto Pérez Balladares siempre y cuando sea manejable y el país logre recuperar el ritmo económico tras los efectos de la pandemia. Es una situación atípica por la que pasan todos los países de Latinoamérica, incluso Estados Unidos, en donde la deuda se ha incrementado de forma exuberante. El 'Toro', como se le conoce al expresidente, señala que no se trata de contar con carta blanca para endeudarse sin control, hay que mirar las luces amarillas que emite la contracción de deuda en los mercados internacionales y la relación de ésta con el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
La situación por la que atraviesa el país en materia económica se ha manifestado la necesidad de adquirir más deuda para equilibrar las finanzas públicas. ¿Cuál sería el manejo que usted haría en este escenario?
Lo primero que te quiero decir es que doy gracias a Dios que no estoy en la presidencia (risas). Ninguna decisión es fácil en estas circunstancias. Los niveles de deuda pública han aumentado muchísimo y es evidente que estamos en un nivel de deuda pública que ya no se puede pensar en subirlo mucho más. Sin embargo, te voy a dar un orden de magnitud. Nosotros tenemos ahora mismo una deuda pública en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), de alrededor de 70%. Muchos de los países europeos que tanto hablan de las listas, y santas listas, y las listas europeas, tienen una relación deuda-PIB arriba del 100%. Esto quiere decir que su deuda es mucho mayor al PIB del año. Nosotros no queremos llegar allá, pero entiendo que estas son las circunstancias que jamás se había vivido. Además, entiendo que uno de los componentes del PIB es lo que se llama gasto público, y lo que se ha hecho es financiar el gasto de la única forma posible, cerrada la economía privada, que era mediante financiamiento de la deuda pública. Con esto no estoy diciendo que lo debemos seguir haciendo, pero entiendo lo que se hizo.
A este ritmo, ¿cuánto más debemos adquirir deuda sin que afecte a nuestro grado de inversión y calificación a nivel internacional?
Las calificaciones dependen de muchas otras cosas aparte de los niveles de deuda versus PIB. Hay mucha gente que se pregunta: cuándo vamos a pagar eso. Nunca se va a pagar. Las deudas públicas de los países jamás se pagan, se refinancian. Lo que esperas es que el nivel de duda se mantenga y que suba el nivel del PIB para que la relación entre ambas sea una situación manejable. Pero es mentira que la deuda pública de los países se paga, no se paga.
Pero tampoco es una carta abierta para seguir contrayendo deuda…
Claro que no, porque estamos en niveles de endeudamiento que nos ponen en niveles de peligrosidad. Hay luces amarillas, hasta aquí está bien pero no sigan. Hay que enfocarnos en ver cómo hacemos para que la economía crezca mediante la inversión privada, más que la inversión pública.
En los últimos gobiernos se han enquistado un sistema lobista de agilizar pagos, de hacerse de contrataciones, y otras prácticas amañadas que ahuyentan la inversión privada. Se apuesta a la inversión de la empresa privada, pero ¿cómo vamos a invitar a estas empresas a invertir en un país con una ‘economía de amiguetes' como dijo Guillermo Chapman?
Lo primero que te quiero decir es que ese método que describes tan bien se llama corrupción. Las cosas hay que llamarlas por su nombre. En la práctica de mi administración lo que hicimos con la invitación de empresas privadas para hacer obras públicas era que se determinaba el tipo de obra, el financiamiento que requeríamos, las condiciones que estaban, y luego hacíamos que todos los que querían participar las aceptaran como buenas. Entre ellas también estaba cuando el Estado va a pagar, cómo va a pagar, y lo único que se hacía en el momento de la licitación o de oferta de precio, era elegir el mejor precio para el Estado. De esa manera no había discusión, así hicimos las licitaciones. El otro tema es la inversión meramente privada. El inversor requiere transparencia y un órgano judicial que asegure el cumplimiento de la ley y ahí tenemos una tarea ardua, en ambos temas.
¿El gobierno está consciente de que tenemos ese problema y que debe corregirse?
Esa pregunta hay que hacerla al gobierno, yo afortunadamente no soy gobierno. Pero entiendo que hay consciencia de que tenemos que cambiar a un sistema judicial que funcione y a tiempo, que no tengamos la dilación que tenemos en el actual y que quien infrinja le ley sea castigado ejemplarmente. El inversor no está obligado a venir a Panamá, puede ir a Costa Rica, o a Colombia, a cualquier país, nadie te fuerza a venir a venir. Lo haces porque hay condiciones favorables para el desarrollo económico, para la empresa, o si siente que la inversión va a ser segura, que hay transparencia en el gobierno. Si esos criterios no se dan, evidentemente el inversor opta por otro sitio.
¿En qué momento, cuando se sientan los presidentes en la silla presidencial, después de haber pasado por una gran campaña en la que escucharon todas las necesidades del pueblo, se disocian de esa realidad? Es un ‘mal' de casi todos los presidentes…
Yo quiero retomar el tema de la secretaría general del partido, creo que uno de los mecanismos políticos más interesantes que hay en las democracias, sobre todo en las de pequeño tamaño como la nuestra, es mantener un permanente contacto con los dirigentes de tu partido y a través de ellos con los electores. Si cortas ese vínculo quedas forzado a hacer cosas menos productivas para seguir entendiendo lo que la población quiere y siente. Por eso es por lo que me parece que el presidente de la República es quien debe liderar el partido y mantener el contacto directamente con los compañeros del partido y la población.
Es una forma, pero los presidentes tienen una docena de ministros y funcionarios que les pueden poner al tanto, opinión pública, con lo que no le costaría mucho trabajo conocer lo que pasa del otro lado de la cerca…
Eso es entendible, posiblemente esté rodeado de un grupo de personas que le dicen que todo va bien, además muchas de las opiniones que se leen, por lo menos en los medios de comunicación, son opiniones parcializadas que tienen su intencionalidad y en muchos casos el Ejecutivo las descarta...