‘Cuarto Poder' se debilita fácilmente
- miércoles 02 de junio de 2021 - 12:00 AM
Según Reporteros Sin Fronteras, Panamá actualmente ocupa la posición 77 de 180 en el listado mundial sobre libertad de prensa. Al recordar el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, comparto estas líneas para destacar su importancia.
Es imprescindible tener claro que las libertades de expresión y de prensa y el acceso a la información, son temas diferentes, sin embargo, guardan una estrecha relación.
Esas garantías atribuidas a hombres y mujeres descansan en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas de 1948 que establece: ‘Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión, este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin delimitación de fronteras, por cualquier medio de expresión'.
Mientras la libertad de expresión y el acceso a la información son derechos individuales y de la ciudadanía, la libertad de prensa es una garantía constitucional de los medios de comunicación, es propia de las sociedades democráticas y les permite ejercer su labor de investigar e informar sin control, ni censura previa del Estado, del sector empresarial o de grupos sociales. Es fundamental porque promueve el equilibrio entre gobernantes y gobernados.
Desde tiempos antiguos es conocida la separación de los poderes de la sociedad: el poder religioso, económico y político en contraste con el resto de la población.
Los medios influyen sobre todos ellos al extremo que se les considera el ‘Cuarto Poder'. En estos tiempos sería bueno replantear sobre ¿qué prevalece la información o la desinformación?
La libertad de prensa, nacional e internacional, agoniza. Las campañas de calumnias, intimidaciones, amenazas son formas de quebrarle el brazo a los periodistas. Esas presiones van desde las demandas por difamación, el control editorial, ciberacoso, las condiciones laborales y el cierre de medios.
Conviene analizar las amenazas que enfrenta la libertad de prensa, la credibilidad, la ética periodística y la regulación de la profesión. La profesión pende de un hilo entre las relaciones de lobby, el servilismo y los conflictos de interés.