Las Claras le brinda una mano amiga a las madres adolescentes
- viernes 08 de septiembre de 2023 - 12:09 AM
De acuerdo con expertas los embarazos adolescentes en ocasiones puede ser considerado como un indicador de riesgo de exclusión social para las jóvenes madres que terminan aislándose en sus hogares sin opción de continuar con sus proyectos de vida.
"Las adolescentes se quedan en casa donde no tienen opción de estudiar y mucho menos aspirar a un puesto de trabajo. Lamentablemente no lo hacen porque el Estado se los impida, lo hacen porque sus familiares no se lo permiten", aseguró Mayte Domínguez, directora del programa Las Claras, de la fundación Voces Vitales organización que se dedica a darle una segunda oportunidad a estas madres.
Domínguez explicó que dentro de la sociedad panameña se cree que alejar a las chicas de las aulas es el mejor castigo que se les puede dar luego de haber "metido la pata", cuando no debería de ser así puesto que lo que en realidad se necesita es encaminarlas para cerrar este ciclo que tiende a repetirse si no se toman cartas en el asunto.
"Cuando le quitamos estas oportunidades, las muchachas en su mayoría no demoran en tener un segundo embarazo, un situación que atenta con su estabilidad emocional y económica, una realidad que estamos intentando cambiar desde la fundación donde no solo les damos clases también acompañamiento psicológico, educación sexual, modelos de crianza, estimulación temprana para sus bebés, entre otros beneficios", detalló.
Desde hace más de 9 años la organización se ha dedicado a mejorar la calidad de vida de las menores embarazadas que no lograron terminar su primer y segundo ciclo. A través de una beca completa se les prepara no solo para volver a la sociedad también a ingresar al mercado laboral.
"Por medio de un alianza con la Escuela Técnica Gastón Faraudo P y otras entidades voluntarias les damos todas las herramientas que estas necesitan para que logren graduarse de un Bachiller en Comercio y un Técnico Administrativo (... ) luego que culminan y dependiendo de sus notas y comportamientos las llevamos con las empresas aliadas a realizar sus prácticas profesionales", indicó.
Destacó que a muchas de "las claritas" ya han logrado importantes puestos de trabajo en bancos y hasta en la Autoridad del Canal de Panamá.
"Le hemos cambiado la vida a 130 jóvenes y esperamos este año sumar a muchas más. El 30% de las egresadas se encuentran ganando salarios por encima del mínimo y 15% cursa estudios universitarios. Mientras que el 40% de las graduadas se ha quedado trabajando en su lugar de práctica y el 100% se sienten preparadas para participar en procesos de reclutamiento y selección. Aquí lo única condición que se les pide es el compromiso con sus estudios, le enseñamos la importancia de la puntualidad, de estar bien vestidas y de saber tratar con las demás personas", señaló.
Domínguez también hizo énfasis en el papel que juegan los familiares en este proceso, ya que sin el apoyo de los padres de las chicas, se les complica poder seguir en el proyecto.
"Ellas deben de traer a sus niños pero por el clima o por el transporte a veces no pueden estar con ellos y necesitan que alguien los cuide en casa, si no tienen este apoyo muchas terminan saliéndose. Es importante que se sientan respaldadas".
Actualmente del programa que tiene una duración de 18 meses se benefician madres adolescentes entre los 15 y 19 años. La primera fase, que dura seis meses, incluye una intervención multidisciplinaria e integral a las chicas. Mientras que el resto del año se dedican a la segunda parte donde culminan los estudios.
“Los primeros seis meses están enfocados en los derechos de las madres adolescentes. El embarazo adolescente es la vulneración de las niñas, el derecho a la educación, al cuidado; en ese sentido vemos el embarazo como una consecuencia de eso”, manifestó.
Es importante resaltar que durante las captaciones se toma en cuenta la cantidad de hijos, "este plan está dirigido para madres con un solo bebé, tampoco pueden salir embarazadas durante los meses que duren las capacitaciones".
Mayte Domínguez espera que en los próximos años el programa pueda ser llevado a otros puntos del país.
Voces Vitales de Panamá es una organización sin fines de lucro, miembro de Vital Voices Global Partnership cuya sede está en Washington.
Testimonio
Ciclary Serrano de 20 años, es participante de este proyecto y afirma que lo ve como una puerta abierta para sus sueños.
"Sueño con convertirme en una ingeniera civil y darle a mi hijo una mejor calidad de vida, gracias a este proyecto he podido atenderlo de manera adecuada y con un apego respetuoso", manifestó con emoción está chica que este año será una de las graduadas.
Ella al igual que sus compañeras ha aprendido a convivir de manera sana dentro y fuera de sus aulas.
Para seguir funcionando todos los años el programa recibe apoyo económico de la empresa privada.