Armas antárticas de Juan de Miramontes y Zuázola entre corsarios y cimarrones

II parte
  • lunes 09 de septiembre de 2019 - 12:00 AM

En la primera parte hemos visto como los cimarrones panameños juegan un papel crucial en la lucha contra los ingleses liderado por Drake, visto en La Dragontea de Lope de Vega, en Armas Antárticas de Juan de Miramontes y Zuázola se advierte el papel que juegan los cimarrones en la lucha contra los corsarios ingleses. Por ello, muchos autores la consideran como ‘texto fundacional', que, pese a su importancia, siempre se ha mantenido fuera del canon de la literatura hispanoamericana. Ese carácter histórico de Armas Antárticas es lo que hace como uno de los grandes poemas épicos de la época colonial donde el Istmo de Panamá nuevamente juega un rol crucial como hemos visto en La Dragontea.

El cimarronaje y el corso se convierten en unos de los puntos importantes tratados por Miramontes. En este sentido, el autor ve la unión de los cimarrones con los ingleses como un hecho significativo en la historia colonial del istmo en el siglo XVI, época en que ubica el cronotopo de la obra narrada por Miramontes en el istmo.

Armas antárticas es un poema épico cuya estructura se organiza en 20 cantos y en 7 de estos se narra la lucha entre españoles, corsarios y cimarrones en el suelo panameño entre 1576 y 1577.

La reina inglesa Isabel I vio en el mar del Caribe la posibilidad de diezmar el poder de los reyes de España. Juan de Miramontes destaca en esta obra ese conflicto. La reina confía en Drake para saquear con éxito las riquezas de los españoles en Panamá durante los años 1572-1573. La privilegiada posición estratégica en el comercio con América del Istmo panameño donde se hacían los cargamentos de perlas, la plata y el oro que atravesaba el istmo, motivó a los ingleses a saquear y causar bajas a los españoles. Miramontes también aprecia a los cimarrones como pueblo bruto, vulgo bárbaro, imprudente y novelero, pero como en Lope de Vega muestra sus atributos positivos en la guerra. Sin embargo, Miramontes toma en boca del cimarrón la denuncia de la esclavitud:

«Ellos, con publicar que en buena guerra,según ley militar, somos habidos,nos traen de mar en mar, de tierra en tierra,cual míseros cautivos oprimidos.Al pie, como sabrás, de aquesta sierra,se muestra Panamá, donde, vendidos,ponen nuestro real libre albedríodebajo de otro ajeno señorío'.

A diferencia de Lope de Vega, Miramontes no solo denuncia la esclavitud, sino ve con buenos ojos el cimarronaje. Vemos en el poema de Miramontes ese objetivo de los corsarios:

‘Dame un valiente compañero expertoy dale armada y fuerza competentecon que vaya a tomar de Uravá el puerto,donde hallará la cimarrona gente;que ella le pasará por el desiertohasta que tenga el mar del Sur presentey allí labre un bajel que, por el agua,asalte a Panamá y a Nicaragua'

La alianza de los cimarrones y los corsarios muestran la importancia que adquiere el océano en la geopolítica de la época colonial entre España e Inglaterra. Por el control de las vías como una conexión de territorios en ultramar y en la vía de la riqueza del Nuevo Mundo hacia Europa. La intención ideológica que subyace en el discurso de las Armas antárticas evidencia de cómo potencias europeas tomaron a los corsarios como medios de saqueo en el mar y en los puertos. Los corsarios ingleses, con el fin de atacar el poder español y llegar a la Mar del Sur para hacerse con el tesoro de las Indias, se adentraron en el istmo panameño durante la segunda mitad del siglo XVI y causaron estragos como es el caso de la ciudad de Panam{a la Vieja.