Análisis, la importancia de abrir las escuelas
- sábado 30 de julio de 2022 - 12:00 AM
En Panamá estamos agradecidos del esfuerzo que realizaron los gremios docentes para rebajar el combustible, luego se unieron otras organizaciones que están trabajando en otros pliegos de peticiones, entre ellos la canasta básica, etc. El objetivo se alcanzó hay una mesa de diálogo con temas pendientes, pero llegó el momento de retornar a sus escuelas, misión cumplida.
Las evidencias científicas demuestran que 10 días de escolarización extra, elevan los puntajes en las pruebas de conocimientos (Carlsson y otros 2015) y una hora más de clases por semana durante un año, mejora la puntuación de los exámenes (Lavy 2015). Los más afectados son los niños con necesidades educativas especiales o con problemas de aprendizaje y de áreas vulnerables.
El almuerzo escolar está asociado con mejoras en el rendimiento académico, mientras que la inseguridad alimentaria está relacionada con un bajo nivel educativo. Las escuelas cerradas elevan las desigualdades, perjudican a lo más desfavorecidos y restringen su desarrollo.
Estar cerrada las aulas de clases, después de las deficiencias obtenidas en las pruebas internacionales hasta el 2019, además de los dos años de pandemia y 19 días de huelga tiene un efecto devastador en la educación. Sin comentar la violación de los derechos humanos a una educación de calidad durante todas estás décadas que no es responsabilidad única de los profesores, el Estado debe asumir su responsabilidad y la sociedad en general. Ya existía una crisis global de los aprendizajes, los estudiantes no adquirían las competencias para la vida y se incrementó la ‘pobreza de aprendizajes'.
La crisis educativa crecerá, entre más pospongan reabrir las escuelas, tiene efecto de descolarización. Las pérdidas de los aprendizajes continuos pueden producir procrastinación en los estudiantes, (Pychlyl citado por Pickles 2017, dice; dejar algo para después afecta las calificaciones, la salud mental-física y el abandono escolar). Incrementó el ausentismo, en los primeros seis meses del año, alcanzó el 20% que representa a 169,000 estudiantes del sector público.
Prolongar el cierre de los centros puede acrecentar la deserción escolar e influir en las deficiencias académicas y contribuir a la repitencia. El primer semestre del año, casi 148 mil estudiantes no lograron una evaluación satisfactoria obteniendo calificación de 3.0 para aprobar las materias en español, matemáticas e inglés en el sector público.
Cuando se interrumpen los aprendizajes se perturba la capacidad de leer, escribir y comprender, hay indicadores que señalan que dos de cada tres estudiantes están por debajo del nivel de aprendizaje esperado.
Los estudiantes de tercer grado tienen dificultades para aprender a leer y escribir, cuarto y quinto grado presentan una baja comprensión lectora (UNICEFF y MEDUCA, 2022). Carecen de competencias básicas que son indispensable para pasar a la siguiente etapa de su desarrollo cognitivo. Esto quiere decir, que tendrán graves deficiencias.
Se está empezando a tener datos de pronósticos desalentadores producto de los dos años de interrupción que revela la incapacidad que tendrán los niños menores de 10 años para leer y comprender, aumentarán sus deficiencias de 51% a 62%, La probabilidad de completar la educación secundaria pasará de 56% al 42%, caerá 24 puntos. Si siguen cerradas las instituciones afectará a los que tienen mayor riesgo de exclusión, su rendimiento académico y provocará mayor aislamiento social en los niños. El 43% (15 mil ) de 35 mil estudiantes de un estudio que se realizó manifestaron tener afectaciones socioemocionales.
Las instituciones educativas cuando están abiertas son alentadoras permiten tener ventajas competitivas para los estudiantes, aumentan sus destrezas, habilidades, capacidades para desarrollarse en lo personal, emocional y social.
Miembro de la Academia Panameña de Psicología