- jueves 26 de septiembre de 2019 - 12:00 AM
El vocero de la Patria
En su poema insignia, Miró habla con la patria desde la distancia, la Barcelona de 1909, donde acaba de arribar como cónsul, designado por el recién estrenado presidente José Domingo de Obaldía. ¿El Hado del poema, acaso, es ese davideño que murió a mitad de mandato?
Escritor, editor, diplomático y periodista consagrado, mueve el hastío al vocero de la nacionalidad por la leyenda sucia que persigue el nacimiento de la república, cuando se desgajó de la tutela colombiana y cayó en manos estadounidenses, que, con acorazados, garantizó la independencia/separación del Istmo en 1903.
Atizada esa leyenda desde la Europa en la que se encuentra, sobre todo en España y Francia. En ese contexto, se expresa el estado de ánimo de Miró. Lo corrobora Chito Martínez, quien recuerda que, para el poeta, pesan la presencia militar estadounidense, en pleno apogeo de la segunda parte de la construcción de la via acuática, empezada y no terminada por los franceses y la campaña en Latinoamérica del Istmo convertido en protectorado, campaña atizada desde la resentida Colombia. En su desencanto, anidan amor y nostalgia por el terruño, distante 8.500 kilómetros de la Ciudad Condal.
Panameño está sentido en su honor patrio por los entonces efectos de un nacimiento republicano heterodoxo y con el colmillo del Tío Sam.
Cielo, sol, árboles, tronco, mar, clima, huerto, senderos de la infancia (¿Camino de Cruces?), torres felipeñas, son elementos entrañables, que expresan el valor espiritual, que domina el poema, frente a los monumentos y edificaciones centenarias barcelonesas.
Con su tono intimista, de postmodernista literario, empieza las estrofas de Patria en primera persona singular y concluye en primera persona plural. El poema evoluciona a ‘nosotros', advierte Margarita Vásquez.
El Patronato de Panamá Viejo, 500 años de Panamá Viejo y la Academia de la Lengua reunieron a un grupo de ciudadanos, a media mañana, para analizar el más celebrado entre decenas de poemas. Nos lega mucha poesía: Preludios, Caminos silenciosos, El poema de la reencarnación, Tus ojos, En espera del ideal, Las garzas, La última gaviota, El poema del ruiseñor, Versos al oído de Lelia, Patria de mis amores.
PERIODISTA, FILÓLOGO, PROFESOR