• sábado 11 de octubre de 2025 - 12:00 AM

Villa diplomática: ¿Para quién es?

La airada reacción del titular del MEF, en lugar de aclarar, ha enredado más el sonado proyecto de la “la villa diplomática” que, por de más de 7 millones, ha licitado el ministerio de la Presidencia.

Primero, el ministro anunció que se habían adjudicado las obras para rescatar, en realidad para construir la denominada “villa diplomática”, sitio que muy pocos sabían que existiera y que, otrora, sirvió como residencia al jefe del Comando Sur, ubicada en la colina de Quarry Heights.

El anuncio de “la reconstrucción”, por su monto y cuando un sin número de instituciones se quejan de los recortes presupuestarios y a grito partido claman por más recursos, que se les niegan por la necesidad de contener el gasto público, como era de esperar, ha desatado toda clase de comentarios y cuestionamientos.

¿Por qué se permitió que un patrimonio público se deteriorara hasta convertirse en una ruina? ¿Quiénes organizaban y participaban en las ruidosas francachelas, ocultadas tras un muro que se le había agregado y de las que se quejaban, infructuosamente, los residentes en la vecindad?

Como el ministro de marras hasta llegó a detallar que las obras incluirían salones presidenciales, una nueva cancha de tenis, una nueva piscina, jardines, garitas y estacionamientos subterráneos, entre otras amenidades, cuando fue cuestionado en la Asamblea afirmó que se pagaría con los ahorros de las botellas eliminadas en la presidencia, fue consecuente asumir que los fondos estarían previstos en el presupuesto del año 2026.

Si el titular del MEF dijo que la obra sí fue licitada; pero que será financiada a lo largo de varios años y, además, negó rotundamente que en el presupuesto del 2026 exista alguna partida para pagarla, entonces, ¿cómo pudo el ministerio de la Presidencia licitar y adjudicar una obra, sin que ese gasto exista en el presupuesto?

Después de tantas seudo respuestas y turbias aclaraciones, si algo ha quedado flotando, para alentar más conjeturas, es que el nuevo palacete sería destinado a residencia presidencial.

Objetivamente, por la comprobada obsolescencia del “Palacio de las Garzas” para servir, a la vez, de residencia presidencial, no es desatinado que se piense en construir una apropiada, especialmente cuando el administrador del Canal vive en un palacete que fue refaccionado a un costo millonario; pero, desde luego, ahora es el momento menos apropiado para semejante proyecto.