• viernes 10 de febrero de 2017 - 12:03 AM

Vientos de cambio…

La clase política se juega sus últimas barajas. Cada vez, se acomoda el escenario para los radicales.

La clase política se juega sus últimas barajas. Cada vez, se acomoda el escenario para los radicales. Eso de qué aquí nunca pasará lo de otros lados, ya no es tan creíble ni remoto como se pensaba. Los astros se alinean y con cada metida de pata, los trapos sucios quedan al descubierto en los balcones de la casa.

Cómo en los barrios, donde la gente tiende la ropa en las ventanas y balcones para que el sol las seque. No hay nada que ocultar, todo el mundo sabe lo que tiene el vecino, limpio o sucio. Las lavanderías de los ricos terminaron por exhibir los traperos y el resultado no asombró a nadie. Era un secreto a voces.

Y es que en esencia, los panameños somos así, hablamos con la boca vacía, pero callamos con el hocico lleno. Basta ver al mismo personaje en la ‘papa' y luego volverlo a ver en la lama. En oposición y en gobierno, las formas diferentes de ver la vida, el sentido de oportunidad y la conveniente perspectiva sobre las mismas cosas, terminan siempre en lo mismo.

comments powered by Disqus