En últimos días ha resucitado la situación de la mina de cobre. Tanto es así, que el MICI emitió un comunicado donde llama la atención sobre acciones que lleva Minera Panamá, organizando visitas de ciudadanos al área minera. Le dicen a la Mina que no pueden desarrollar esta actividad.
Claro que no pueden organizar ni esta ni ninguna actividad porque, desde que el fallo que declaró inconstitucional el contrato, la empresa debe estar intervenida por el Estado y este, a través del gobierno, controlar todo lo que en esa área suceda.
El gobierno sigue en su consuetudinario incumplimiento de deberes, lo que ha sido un delito continuado por todo su período. También ha quedado en el tapete que, ilegalmente la empresa controla el tránsito de hasta moradores panameños de esa área, acción que, si es “necesaria”, debe ser hecha por el gobierno y no ser una especie de enclave colonial como el superado enclave de la Zona del Canal en que los EUA actuaban “como si fueran soberanos”.
Este problema minero es uno de los que será “tumba o pedestal” para el presidente electo porque con estas inconsistencias del actual gobierno se indicia que, los pro mina, traman reabrir la operación extractiva para “obtener financiamiento para cerrarla”, plan que parece han vendido a Mulino y Navarro, los que consideran el fraude de “abrir para cerrarla”.
Lo único que cabe es intervenirla de una vez por todo, con un equipo interventor y controlar todo lo que ahí pasa, acción que, en 25 días restantes al gobierno saliente, no se dará, dejando al gobierno Mulino, este problema.
Este problema será tumba para Mulino si actúa contrario a la ley y al sentir del pueblo que se expresó, como nunca antes, contra la actividad minera, tanto así que se logró una ley de moratoria de minería metálica y se logró el fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Si Mulino sortea las intenciones de allegados a su gobierno, que pretenden reabrir para explotar, obtendrá un pedestal para la posteridad. Pero veo todo lo contrario, que bajo el engaño de abrir para financiar el cierre, la mina reabrirá para ignominia del pueblo panameño.
Lo único que cabe es intervenirla de una vez por todo, con un equipo interventor y controlar todo lo que ahí pasa, acción que, en 25 días restantes al gobierno saliente
