Reemplazar problemas y dificultades por retos y desafíos es un paso para fortalecer nuestra salud mental y ni siquiera considerar el suicidio como opción, pues no lo es. En medio de escenarios silenciosos o de murmullos, de pensamientos recurrentes y desánimos es de rigor analizar, atender y aportar. De 100 a 120 casos de suicidio al año se registran en Panamá, según Contraloría General de la República.
Eso representa un caso cada tres días según reportó esta semana El Siglo. Las solo cifras deben despertar alerta al núcleo familiar y los entornos en los que nos desenvolvemos. Niños expuestos a bullyng, ante la sobreestimada calificación de “generación de cristal” que provoca en muchos desestimar denuncias o comentarios de afectación física y mental. En los trabajos otro tanto, donde los gritos, las descalificaciones y la ridiculización son cada vez más frecuentes.
Empecemos por nosotros mismos. ¿Estamos conscientes de nuestros estados anímicos, què hacer para sobreponernos y mejor aún, compartir con alguien?. Los especialistas consideran vital que observemos comportamientos propios y ajenos, que no nos avergüence solicitar ayuda y tener la humildad para recibir apoyo.
Cada día es una oportunidad de vida. Lo ideal es experimentar buenas condiciones de salud, economía estable, afectos sinceros y proyectos que nos inspiren para avanzar. ¡Es posible!. Seamos más empáticos, con escucha activa y atentos a señales de alerta donde asoma la desesperanza y los cambios bruscos de comportamiento.
