• domingo 21 de agosto de 2011 - 12:00 AM

Seguridad: política integral de Estado

Por tratar de minimizar estadísticamente los crímenes, el ministro de Seguridad, Raúl Mulino, insiste en señalar que en comparación a añ...

Por tratar de minimizar estadísticamente los crímenes, el ministro de Seguridad, Raúl Mulino, insiste en señalar que en comparación a años anteriores estos han disminuido; sin embargo, los diarios, en sus primeras planas, reportan más y más homicidios que ocurren de manera cruel y despiadada.

De acuerdo con datos, están matando a 15 personas por semana y en los últimos 15 días han muerto 30; los casos más recientes: dos jóvenes asesinados en un centro comercial y según la DIJ, se hicieron 160 detonaciones, y el otro, el cuerpo encontrado en una maleta en el Corredor Sur. Quizás los homicidios hayan disminuido, pero ahora son más crueles y sangrientos.

Por otra parte, la mayoría de los homicidios no son resueltos, porque nuestras autoridades deciden si investigan o no; catalogan los casos a su manera: si la víctima muere con más de dos tiros, sea la circunstancia que sea, lo denominan ajuste de cuentas y narcotráfico; o la última modalidad, ‘se confundieron de persona, estaba en lugar y hora equivocada’.

¿Qué decir de los privados de libertad? El 66% no ha sido juzgado y ¿la presunción de inocencia? Todos mezclados y tratados igual. Aun la Ley 55 sin aplicar, la resocialización es letra muerta en un papel. Los que salen de las cárceles regresan a sus barrios, donde delinquen nuevamente, porque ahora salen de la ‘universidad de la delincuencia’, las cárceles panameñas.

Se penaliza la pobreza: parece que ser pobre es un delito, no da esperanza a quienes desean vivir y tener un país de oportunidades para todos. ¿Qué se puede esperar? si existen grandes sectores de la población sin empleo, sin escolaridad, sin las condiciones mínimas para vivir con dignidad mientras observan las grandes inversiones.

Las posibilidades de movilidad social se hacen casi imposibles ante tantas limitaciones: una canasta básica tan costosa, falta de electricidad, de agua potable y con un sistema de salud en crisis que parece no poder ofrecer para lo que fue creado, brindar salud, por la manera en que se administran los hospitales.

Mientras no exista una política de seguridad integral, que incluya la prevención y acciones interministeriales e interinstitucionales, nuestros niños y jóvenes seguirán siendo semilleros y caldo de cultivo de la droga y del narcotráfico, de la ilusión falsa de obtener el ‘dinero fácil’. Y no habrá cárcel ni policías suficientes para reprimir la violencia social, por la incapacidad que hemos tenido como Estado para atender integralmente la seguridad ciudadana y del país.

LA AUTORA ES INGENIERA Y FUE CANDIDATA PRESIDENCIAL

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