• martes 11 de enero de 2022 - 12:00 AM

Seguimos en deuda con los mártires

La frialdad con la que venimos celebrando el 9 de enero, pareciera revelarnos que muy pronto esa gesta patriótica quedará reducida 

La frialdad con la que venimos celebrando el 9 de enero, pareciera revelarnos que muy pronto esa gesta patriótica quedará reducida a un vago recuerdo, tal vez destacado sólo en sombrías tertulias entre añejos patriotas.

Ojalá que tamaña indiferencia no llegue a motivar a algún ‘cronista' ávido de ‘taquilla', y nos sorprenda con la polémica versión de que aquella confrontación entre aguiluchos y ‘zonians' que originó la masacre de aquel 9 de enero, fue una simple batalla campal, ocurrida al final de un concierto.

No es casual que hoy sean pocos los que hablan de la Avenida de los Mártires, a pesar de que fuera a lo largo de vía, el escenario de tales eventos. El colmo de todo, es que muchos ignoren que esa sangre mestiza derramada, dio lugar a la revisión a los tratados canaleros, y que sin importar que se esté de acuerdo con Torrijos o no, la historia registra que el Canal finalmente pasó al control panameño, y recuperamos nuestra plena soberanía.

Todo ello prueba que la politiquería nos tiene atascados, y que por tener los ojos puestos en las elecciones, en democracia no damos pasos para aprovechar el Canal panameño, y crear un país con salud, educación y trabajo.

Nos quedamos cortos si pensamos que un día de duelo nacional, banderas a media asta, el sinfín de ‘chats' y de comunicados incendiarios, y esas romerías sectarias, es suficiente para rendir honor al sacrificio supremos de los mártires.

Sobran argumentos para justificar la reivindicación de los Mártires, pues sin ellos Panamá hoy sería considerada como ‘una caricatura de país' en el concierto de naciones. Estamos en deuda con los Mártires, y pareciera haber una enfermiza satisfacción en que los panameños no seamos capaces de integrar el canal y sus áreas adyacentes, al gran urgido proyecto nacional de desarrollo.

Los patriotas panameños del Siglo XXI, tenemos que convertir la optimización máxima de las riquezas provenientes del canal en nuestra renovada bandera de lucha. Por ahí pululan desde hace años, fuerzas antipatria que no derramaron una gota de sangre, y sin embargo aspiran beber de las mieles canalera como patrimonio propio.

ABOGADO Y FUNCIONARIO