• lunes 13 de febrero de 2023 - 8:40 AM

¿Qué representó Omar Torrijos para Panamá?

Hoy se cumplen 94 años del nacimiento de ese gran líder... ¿Qué hubiera pasado en Panamá si Torrijos no muere a la edad de 52 años?

Hoy me referiré a ese hombre que decía… “¡díganme lo malo que lo bueno ya lo sé!” Como recordamos sus 94 años de nacimiento invertiré su lema para decir más de lo bueno porque lo malo no cabe en estos momentos.

El hombre nos vendió algunas frases que hoy retumban en la mente de aquellos descamisados. En ese patrullaje doméstico dijo… “el que más consulta, menos se equivoca.” De repente vio que las condiciones económicas no eran las mejores y se le ocurrió aquello de yunta pueblo-gobierno. Era una forma de involucrar a la población en aportar para la solución de los problemas.

Debido a sus compromisos de liberación nacional le entregó al presidente Demetrio Lakas la responsabilidad de dirigir el gobierno con eso que él definió como una dictadura con cariño.

El 30 de junio de 1971 los Estados Unidos reanudaban las conversaciones con Panamá para tratar el tema de los tratados canaleros. Hay una frase de Torrijos que dibuja, con exactitud, las grandes obras que nos dejó: “Hay dos cosas fundamentales que debemos saber dirigir y combinar perfectamente: Dirigir el país y dirigir el Gobierno. Quien dirige el Gobierno, piensa lo que va a hacer. Quien dirige el país, hace lo que pensó. Convertir las ideas en proyectos, es dirigir el Gobierno. Convertir los proyectos en obras, es dirigir el país.” 

Omar Torrijos tenía una idea clara sobre el sacrificio de aquellos jóvenes que murieron el 9 de enero de 1964. Percibo que ese amor por lo que hicieron y recordando las muchas veces que salió a reprimir a los estudiantes cumpliendo las órdenes debidas lanzó esta frase lapidaria: “Nuestros mártires, han muerto ya de bala. Que no vuelvan a morir de indiferencia.”

Y la iglesia también fue motivo de sus comentarios. Según investigaciones él se mofaba, en su intimidad, de aquellos sacerdotes que recurrían a los santos para ganar devotos. “Si un curita de aldea tiene que llevar a Martín de Porres en todas sus procesiones, es porque no ha cumplido con su misión proselitista, porque no ha podido convencer a la gente de su parroquia sin recurrir al más taquillero de los santos.”

Y sobre los dos postulados de su movimiento reivindicador decía: “Teníamos dos objetivos fundamentales en la Revolución del año 68. Primero, la recuperación del Canal y segundo, convertir una caricatura de país en una Nación.”

En democracia hemos escuchado la queja diaria de quienes dirigen la Patria por el comportamiento de sus gobernados. En muchos casos la reacción de la gente es debido a lo negligente, irresponsable y dañino de quienes están al frente de la administración pública. Por eso cierro el capítulo de frases con esta perla de Torrijos: “No hay pueblos malos, hay gobernantes malos.”

Mi suegro, que en paz descanse, era un admirador de Omar Torrijos Herrera. Cuando tocábamos el tema del golpe de Estado del 11 de octubre de 1968 don Alirio Patiño González se alteraba… ¡si salían de mis labios algunas expresiones negativas en contra el General! Alirio Patiño nació el mismo año que se inauguraba el Canal de Panamá y murió el 1 de enero de 2016. “Aquí la oligarquía tenía a Panamá como una hacienda privada donde los puestos más importantes del gobierno estaban reservados para su gente”, me decía una y otra vez. “Torrijos permitió que el hijo de la cocinera estudiara para después ubicarse en puestos claves para el desarrollo de la nación. Tuvimos un plan de alfabetización como nunca y se construyeron infraestructuras para poner al país en sitiales de privilegio”, señalaba mi suegro.

¿Y qué pasó con los desparecidos, los encarcelados y los muertos? Allí se pausaba. Lo puse en aprietos, pero como un resorte se paraba de la silla para aclarar que toda revolución conlleva esos episodios. Reconoció que hubo excesos y varios casos por aclarar, mas, en términos generales su régimen fue de mucho beneficio para Panamá.

Y si vemos la historia de nuestros próceres y los años siguientes tenemos que reconocer que en parte mi suegro tiene razón. Soy un profesional producto de esas oportunidades. Desde la secundaria pude superarme gracias a una beca por mi rendimiento académico y así pasó con la universidad. Durante el proceso octubrino se trató de darle al país una reforma educativa. En ese momento Torrijos estaba vivo y el presidente era Aristides Royo. Como educador recién graduado me tocó promover esa reforma y puedo dar fe que no había los argumentos que utilizaron los colegas para rechazarla. Era un modelo que buscaba acabar con esos bachilleres que poco contribuían con las necesidades del mercado laboral. Por las presiones del pueblo el gobierno puso reversa y la reforma murió en su cuna.

Respuesta kilométrica

Cuando convencimos al presidente Endara en febrero de 1990 sobre la necesidad de una rueda de prensa semanal para evitar los errores de la calle un periodista puso en aprietos al mandatario. En ese momento le preguntó sobre los errores cometidos por la administración Torrijos. Endara tragó con mucha lentitud. Hubo un silencio como de tres segundos y el presidente respondió. “Tengo por costumbre no referirme a las personas que ya han fallecido y en esta oportunidad haré lo mismo. Torrijos tuvo grandes aciertos y también grandes errores. Usted me pide que hable de lo malo, pero también debo referirme a lo bueno así que mejor dejemos el tema allí, para evitar una respuesta kilométrica” , dijo Endara.

Terminada la rueda de prensa, ya en la intimidad de su despacho, el presidente me preguntó si comprendí lo de… “una respuesta kilométrica.” Le dije que Torrijos y su administración hicieron tantas cosas buenas que sería largo enumerar. “Así es René, estás en lo correcto”, declaró Guillermo Endara Galimany. 

Cara a Cara

Tuve la oportunidad de tratar, cara a cara, a Omar Torrijos Herrera en seis ocasiones. Puedo definirlo como un hombre sincero, auténtico. Recuerdo que una vez le pregunté el porqué de sus visitas sorpresivas a las áreas del campo, en especial a las habitadas por los originarios. Me respondió que esa era su forma de actuar. “ Mira René, si aviso que voy la gente comenzará a limpiar el pueblo, matar una vaca, hacer un sancocho y no es mi deseo incomodar. Me gusta llegar y ver cómo vive mi gente, sin los maquillajes que hacen cuando saben que una figura de gobierno los va a visitar".

Lo recuerdo cuando en una de las tantas ruedas de prensa el hombre se cansó de las luces. Se paró del escritorio, tomó una que usaban los camarógrafos y la puso frente a nosotros. “Quiero que sientan ese calor al que me someten cada vez que me entrevistan. ¿Verdad que el calor es insoportable?” , preguntó mientras se reía.

Esa foto cuando se tiró a la represa del lago Bayano no fue nada preparado. En ese momento se inauguraba la hidroeléctrica para no depender tanto del petróleo. En ese instante en que el líder se lanzó al agua lo acompañaba el oficial de nombre Ricardo Garibaldo. Hoy tenemos mucha energía limpia gracias a las hidroeléctricas que impulsó el proceso revolucionario. Se fortalecieron y construyeron hospitales y de ese proceso surgió la frase de “salud igual para todos.”

Recuperación de la Zonal del Canal

Torrijos puso a Panamá en el mapa mundial cuando encabezó la lucha generacional para recuperar la zona del canal. Todavía recuerdo aquella frase de: “Si se nos impide emprender cambios pacíficos, estamos empujando a nuestros pueblos a que propicien cambios violentos”. Lo dijo durante la reunión del consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que se dio en Panamá el 15 de marzo de 1973.

En un escrito el profesor Julio Yao quien fue uno de los protagonistas dijo: “El canciller Tack exclamó: “Estados Unidos vetó a Panamá, pero el mundo vetó a los Estados Unidos”. A partir de este momento, nuestra causa fue conocida a nivel mundial, lo que le abrió las puertas a Panamá para la Declaración Conjunta Tack-Kissinger de 7 de febrero de 1974”

Torrijos fue incansable en su lucha por darle a Panamá lo que tanta sangre y dolor había costado. En esos andares acuñó otra frase cuando exclamó: “Yo no quiero entrar en la historia… quiero entrar en la Zona del Canal.” Jaime Flores escribió en La Estrella de Panamá en la edición del 27 de septiembre de 2019: “Lo primero que hizo Torrijos fue integrar, por primera vez en la historia, a un equipo de asesores e intelectuales críticos al militarismo y que habían liderado la lucha por la descolonización, entre estos: Jorge Illueca, Rómulo Escobar Bethancourt y Materno Vásquez. Incorporó, consecuentemente, a líderes juveniles y profesionales de izquierda que enfrentaron a los uniformados en distintas jornadas. Todo este esfuerzo de unir y atraer sectores populares le dio fortalezas a su mandato, permitiéndole retomar el camino de la lucha patriótica generacional por la reversión de la Zona del Canal y la Vía Marítima, que tuvo su máxima expresión con la firma de los Tratados Torrijos—Carter.

Un aspecto que siempre llamó la atención fue su lenguaje público caracterizado por la sencillez, profundidad y sentido filosófico que no era propio en un militar. El pueblo entendía su mensaje y sabía identificar los niveles de franqueza en cuanto a lo que exponía. Debemos recordar que sus padres fueron maestros y que forjó su juventud en Santiago de Veraguas, cuna de docentes y luchadores tenaces.”

El 31 de julio de 2002 el ciudadano Octavio Ochoa Guillén escribía en el diario La Prensa: Con motivo de cumplirse hoy, 31 de julio, 21 años de la muerte del general Torrijos, queremos recordar su vida y sus obras. Sin lugar a duda Omar Torrijos Herrera será recordado para siempre, porque su nombre está grabado en los tratados del Canal. Desde que asumió el poder en febrero de 1969, demostró que su intención era dejarnos una patria libre, sin tropas extranjeras, sin gobernador en la Zona, con una sola bandera y un solo territorio”. Sus adversarios políticos tratan de ocultar la inmensa obra realizada por este hijo humilde de Veraguas, sin apellido oligarca, ni de abolengo, porque no pertenecía a la gran alcurnia y alta prosapia, pero sí está grabado en el alma de la Nación panameña.

Parte de mis pensamientos surgen de sendas entrevistas realizadas al primo del general, quien le acompañó en varias misiones al servicio del pueblo. Me refiero al coronel retirado Roberto Díaz Herrera. Me encuentro en la revisión de lo que promete ser un gran libro histórico.

Natalicio de un líder

Hoy, la fundación Omar Torrijos recordará el natalicio de su líder. Será a partir de las 6:30 p.m., en la sede de esta organización ubicada en el corregimiento de Ancón, frente a la Dirección de Investigación Judicial, DIJ.

Con este evento se busca recordar y rescatar el legado de Torrijos. El lema de la actividad descansa en: “La esencia del Torrijismo.” Como orador de fondo actuará el hijo del general y expresidente de la república Martín Torrijos. Dicen por allí que la muerte es lo más nefasto para el ser humano. Creo que hay seres humanos que son privilegiados donde hasta para morir escogen el momento adecuado.

No sé qué sería de Panamá si Torrijos no hubiera muerto en ese accidente misterioso de aviación aquel 31 de julio de 1981. El nació el 13 de febrero de 1929 y su fecha de muerte fue al revés de la del nacimiento, 31 de julio. Considero que su muerte a la edad de 52 años lo inmortalizó aún más.

Quedará en suspenso la respuesta a esa pregunta de ¿qué hubiera pasado si Torrijos no muere a la edad de 52 años? Recuerden que con las negociaciones de los tratados llegó a varios acuerdos entre los que estaban el repliegue de los militares a sus cuarteles, el retorno de los exilados y la vigencia de los partidos políticos. De repente, alguien dentro de la Guardia Nacional, con ansias de poder, no estaba de acuerdo con eso del repliegue y el retorno de los procesos electorales.

Torrijos nació, creció, gobernó y murió. Sé que muchos se extrañarán de este contenido. A ellos les recuerdo una de mis máximas… “¡Quién más reconoce virtudes… tendrá más derecho a criticar! 

¿Cómo lo recuerda usted?

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