El regreso a clases

Cuando se inician clases, la ilusión y alegría llena a niños de reencontrarse con amigos y de ver sus nuevos maestros y la ilusión de aprender para su futuro. Por otro lado, se agudiza el calvario de padres de familia, con altos costos de materiales escolares, vestimentas y logística de transporte para que esos niños lleguen a clases. La educación si es la estrella que debe brillar para iluminar el destino del país, no como ahora opacada por la corrupción, desidia y mediocridad de los políticos.

Ya es acostumbrado ver cómo inician escuelas, destartaladas sin las reparaciones que debieron hacerse en verano. Sin resultados claros de concursos de docentes, donde muchos ni saben quien ganó o quién ocupó la plaza tal o si va o no va a tener profesor de tal materia. Es un desastre.  Ya la verdad salió a la luz en Penonomé, cuando hasta los directores de escuela luchan contra la burocracia del FECI, MEDUCA y Contraloría.

Opacan la educación, metiendo valores y principios ajenos a nuestra cultura, si sacan a Dios de nuestras escuelas, se seguirán torciendo los caminos de los jóvenes. ¿Dónde están los clubes de debate juvenil y las asociaciones estudiantiles para reclamar mejores condiciones?

Los gobiernos destruyeron las asociaciones federadas con esa intención y reprimen a los docentes, descalificando los gremios docentes y usando a clubes de padres de familia para “marear” y al final todo sigue igual. Debemos regresar a los cabildos, a las reuniones de las comunidades para cuidar las escuelas y mejorarlas, ya que al gobierno no le importa sino gastarse medio millón en una reunión de reinas del Carnaval.

Médico y docente