- miércoles 01 de febrero de 2017 - 12:00 AM
Reflexiones
Los medios deben cumplir con una función social para transformar y elevar la cultura de los pueblos, especialmente a los marginados y las masas móviles. Lógicamente que los sectores económicos influyentes le restan importancia a este compromiso, que es un derecho fundamental y humano, pero prevalecen los monopolios y oligopolios que acaparan los medios.
Vale la pena citar como ejemplo que según cifras recientes en América Latina se estima que los medios, especialmente la televisión, se ganan más de cincuenta mil millones de dólares al año, si se mide por el valor agregado bruto. Bueno todos sabemos que la televisión es un medio caro y que nada más pautan los privilegiados.
Siempre he planteado y lo sostengo que se hace necesario regular y no censurar, legislar sin sectarismo a fin de que los medios cumplan con un periodismo veraz, responsable, en el que los propietarios y los periodistas cumplan con el compromiso de informar de cara a ejercer un periodismo honesto.
Comparto con muchos autores de obras periodísticas, quienes señalan que la libertad de palabra suele limitarse cuando se desnudan o critican abusos acciones ilícitas de prepotencias, arbitrariedades, ignorancia o incapacidad. También expresa uno de los autores ‘Que la libertad de expresión es el germen de todas las libertades'.
Quiero señalar que en mis 27 años de cátedra en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá siempre le hablo a mis estudiantes de que es fundamental para ejercer basarse en la ética profesional y la cláusula de conciencia que significa un periodismo responsable, de altura, transparente, honesto y no chabacano. Cuando ejercí el periodismo lo hice cumpliendo con estos valores.
Sin temor a equivoco los diarios El Siglo y La Estrella cumplen a cabalidad con estos objetivos. En el caso de La Estrella es un periódico timbre de orgullo para nuestra nacionalidad y para América Latina.
Periodista y catedrático