Las redes sociales y el mar

La labor de los pescadores cuando salen a tirar sus trasmallos al mar, requiere de ciertos elementos científicos como son: las mareas, la temperatura del agua, clima, la corriente marina, especialmente de una buena carnada y la experticia del que lo haga.

A medida que se adentra ese hombre curtido por los rayos del sol hacia el insondable mar de aguas profundas, va a encontrar desde las especies más variadas y deliciosas de peces, hasta aquellos que por su veneno o por su voracidad, atentan contra la vida propia y otros que no pueden consumirse y son un peligro para las propias especies existentes.

He requerido hacer un parangón, entre lo que se encuentra un pescador cuando realiza su labor genuina de trabajo para obtener el dinero que le servirá para sus compromisos familiares y, lo que hay en las redes sociales actualmente que está al alcance del periodista, que le sirva de complemento noticioso, científico y con la rigurosa credibilidad para la confección de sus notas que luego lee un público heterogéneo.

En otras palabras, así como en el mar hay buenos peces y otros dañinos y peligrosos, lo mismo ocurre en las redes sociales, donde se requiere de la experticia de ese pescador, que sabe ubicar el cardumen y ubicarse para pescar y del periodista, que con ese instinto de un felino, sepa diferenciar y aprovechar lo que sirve en ellas. Si en el mar hay tiburones por acá circulan pirañas cibernéticas, que lo que quieren es confundir a una población, que producto de la situación del covid-19, está en zozobra, confundida y hasta con afecciones mentales, por el sinnúmero de problemas familiares.

Dejemos de escuchar y leer aquellas elucubraciones de muchas personas que han salido al margen de la pandemia y opinan como si fuesen expertos, científicos y se dan a la tarea de hacer recomendaciones sobre uno u otro medicamento o de un determinado síntoma de salud.

PERIODISTA Y ESPECIALISTA EN DOCENCIA SUPERIOR