¿Qué ocurre cuando un gobierno sale?

En estos momentos vemos comportamientos bajos, viles, despreciables, indignos, ruines, innobles, mezquinos y arrastrados.

Después del golpe militar quienes crecieron y tuvieron oportunidades de trabajo en la administración pública se creyeron los dueños del gobierno. Este panorama cambió a raíz de las elecciones del 7 de mayo de 1989. Pudo haber cambiado antes, pero el paquetazo o fraude del 6 de mayo de 1984 lo impidió.

Al llegar el poder civil, luego de la invasión a Panamá, muchos perdieron sus espacios y los trabajos. ¡Nunca imaginamos que en el próximo torneo electoral volvería a imponerse el partido de los militares... el Revolucionario Democrático! Con el triunfo de Ernesto Pérez Balladares inició la alternabilidad del poder, situación que continúa. Recuerdo que aquellos perredistas, con esa prepotencia y aires de triunfo, visitaron las dependencias de donde habían sido despedidos para reírse en la cara de quienes los habían reemplazados.

Llegaron con amenazas y a recordarles a varios que sus días de trabajo en el gobierno estaban contados.

¡Y qué decir de aquellos que preparaban la transición! Me tocó uno de los comportamientos más rastreros jamás conocido. Di órdenes, a cinco días para la llegada del nuevo gobierno. Le indiqué a mi asistente lo que se tenía que hacer y subí a una reunión con el presidente Endara.

En esos momentos se preparaba un mural de recibimiento a las nuevas autoridades. Cuando bajé mi secretaria no hizo lo que le pedí. “¡Jefe, perdone, es que su asistente me dio otras indicaciones, me dijo que no le hiciera caso porque tongo botado no pone boleta!”, me dijo. Esas palabras no me dolieron tanto, lo que sí casi me provoca un infarto fue el mural que confeccionaban.

Era finales del mes de agosto de 1994 y los colores utilizados eran el blanco, el azul y el rojo, los mismos de nuestra bandera y del símbolo del PRD. ¡Grité con fuerza y dije... por qué se arrastran tanto... no estamos en noviembre, mes de la Patria! Mi asistente lo hacía para caer en gracia. Pensó que arrastrándose la dejarían en el puesto... Fue la primera que despidieron. ¿Y quiénes serán los que están hoy con actitudes genuflexas? Abrazos y que Dios nos bendiga en este jueves nublado.