La Terminal de Albrook, ubicada en el corazón de la ciudad capital, es el principal punto de conexión para miles de pasajeros locales e internacionales cada día. Sin embargo, con el paso de los años ha dejado en evidencia una alarmante falta de atención a necesidades básicas que deberían ser esenciales en un espacio de este tipo.
En un mundo donde la conectividad es crucial, la falta de estaciones de carga para computadoras y teléfonos es algo vergonzoso para una terminal de transporte de tal importancia, situación que incomoda a los viajeros y proyecta una imagen negativa a los turistas.
La situación empeora si consideramos que la Terminal de Albrook es un punto de tránsito para líneas de transporte como Tica Bus, que conecta a Panamá con destinos hasta México.
Para rematar, no es raro que los usuarios tengan que lidiar con empleados que, además de ser groseros, ponen restricciones poco prácticas. Un ejemplo es la imposibilidad de recargar las tarjetas de viaje con billetes en las ventanillas, y aunque en teoría las ventanillas deberían facilitar este proceso, los usuarios se ven obligados a utilizar las máquinas recargables montos de recarga elevados por falta de billetes de menor valor.
Este tipo de trabas evidencia una falta de flexibilidad y consideración hacia los pasajeros, quienes ya están lidiando con la incomodidad de la espera y la necesidad de movilizarse.
