• martes 18 de enero de 2022 - 12:00 AM

Panameño: ¡No le temas a la verdad!

El destino de Panamá no se construirá sobre falsedades ni verdades a media. Hay que perderle el miedo a la verdad

Todo el mundo tiene derecho a buscar, difundir y sostener su verdad. Sobran quienes dicen que un hecho es verdadero, ‘porque así yo lo decidí', sino cuando la idea que tenemos sobre algo, racionalmente coincide con la realidad. Así que aferrarse a cosas absurdas o inverosímiles, también es un derecho, solo que llevará a decisiones equivocadas a quien las haga propias.

El común nos pensamos libres, al creer que tenemos control sobre nuestras vidas. Nada resulta más falaz, pues nuestras emociones y sentimientos han sido programados, al punto de que todas nuestras reacciones, se hacen muy predecibles. La adolescente que prematuramente salió embarazada, o el joven que quedó involucrado en un delito, son ejemplos cotidianos de malas decisiones al seguir ciegamente las verdades malsanas de otros.

En nuestro entorno, cada día se afianza la necesidad de dudar de padres, autoridades y sacerdotes, y creer en nuestras propias ideas, convencidos de que al aceptarlas, demostramos una falta de personalidad.

En el presente, no nos debe sorprender el creciente desapego a lo colectivo, y la fragmentación galopante de la sociedad ‘moderna'. En esa condiciones, no es posible construir proyectos comunes ni liderazgos sólidos, pues nadie cree ni quiere creer en nadie, lo que constituye el Talón de Aquiles de la democracia.

Mientras otros siguen promoviendo la falsa idea de que para ser libre, sólo debes escucharte tú mismo. Entonces, como cada quien considera que su perspectiva de la realidad es la correcta, nuestra reacción ciudadana es lenta, tardía y sin mayor incidencia en el devenir de los sucesos, ante los problemas sociales que se siguen agravando.

Hay mucha gente ‘comiéndose un cable'; otros contagiándose del COVID y muchos más pendiente del despido, y la verdad que sí se acepta sin reservas, es que el gobernante tiene que resolver esos problemas, ¡y pronto!. La orea gran verdad es que mientras las mayorías no logramos ponemos de acuerdo, otros sectores ya nos llevan la delantera.

El destino de Panamá no se construirá sobre falsedades ni verdades a media. Hay que perderle el miedo a la verdad, para evitar caminar a ciegas, guiados por demagogos, politiqueros y corruptos confesos.

ABOGADO Y FUNCIONARIO

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