Otra vez la ley del artista

El miércoles pasado fue prohijado en la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional el proyecto de Ley 039 sobre la regulación laboral, social y económica de los artistas nacionales. Esta iniciativa fue propuesta por la Coordinadora de Trabajadores de la Música y Artistas Nacionales (COTRAMU) y presentada en el Pleno por el diputado Ernesto Cedeño, a quien no le gusta que le digan honorable, sino simplemente diputado o Ernesto.

Es necesario que le digamos al país, y especialmente al sector artístico y a todos los que participan de la industria del espectáculo, que el proyecto busca dignificar la profesión del artista, elevarlo a la academia y a la educación formal e informal, tapar las posibles fugas en el pago de los impuestos, divisas y cotizaciones sindicales, la protección laboral y jurídica de la prestación de sus servicios, la incorporación de los artistas al régimen de Seguridad Social, incluir de cobertura de la Ley, a todos los artistas con independencia si están agremiados o no, o si están agremiados en organismos que no sean sindicales.

De igual forma, es imperativo que se conozca que se persigue acabar con 50 años de morosidad que tiene el Estado con este sector: desde 1974 no posee una regulación de sus actividades a pesar de que el mundo, el país y la industria del espectáculo han experimentado cambios y transformaciones.

Se debe conocer, que ya los B/1000.00 como pago al artista nacional por alternar con un artista extranjero, es inmoral y ofensivo al talento artístico del país. En iguales circunstancias, es impostergable ajustar proporcionalmente el 5% de la cotización sindical a los gremios como parte de los requisitos. Ese 5%, quizás para el año 1974, se podía justificar, pero hoy 50 años después, es inaudito mantenerlo e inmoral plantear eliminarlo.

De todas formas, de la mano del amigo Cedeño, de los miembros de la Comisión y de la mayoría de los Diputados de la Asamblea, hemos iniciado esta cruzada de discusión de las ideas, en el lugar que la Constitución reserva para ello, la Asamblea Nacional y no en redes, plataformas, grupos de wasap, ni pasillos. Llamamos al diálogo sincero, al debate de nivel, de contenido y que, si hay que cambiar lo que se tenga que cambiar, se haga, pero por algo mejor que no sea taquilla ni especulaciones, tratando de confundir al sector y al país y, sobre todo, impedir que la Ley, se haga realidad. Que nadie dude, que, si esa es la intención de algunos, tengan claro que no lo vamos a permitir.