Todo parece indicar que las elecciones del 5 de mayo serán una fiesta de mentiras embustes y sinvergüenzuras, de las cuales tanto el Tribunal Electoral (TE), como la Corte Suprema de Justicia (CSJ) jugaran el peor papel de la historia republicana.
Según opinión de algunos abogados el TE en su accionar, entra a analizar la Constitución en temas no necesariamente electorales, usurpando funciones de índole constitucional y aceptó candidaturas a personas que no les corresponde. Por su parte, la CSJ no se ha pronunciado, aun cuando hay demandas de inconstitucionalidad al respecto.
Si esto fuera así pudiéramos tener un presidente extranjero, un dictador o quien sabe qué. Eso es sumamente preocupante producto de lo que ha estado sucediendo en el mundo.
Panamá se yergue como uno de los países más corruptos, en estos momentos, pero se vende la idea a través de propaganda o cuñas, de que estamos mejor cada vez. Definitivamente, estamos más jodidos que en gobiernos anteriores.
Prácticamente todos los candidatos presidenciales prometen construcción de hospitales, escuelas, trenes, puentes y hasta ríos pero no dicen de dónde sacarán los recursos para ese accionar.
Observen con cuidado lo que sucede en Nicaragua, un gobierno dictatorial que no respeta los Derechos Humanos, sextas religiosas y mucho menos la iglesia católica. Pareciera que ese es el norte que llevan algunos candidatos presidenciales para las elecciones de 5 de mayo.
La promesa a los jubilados de aumentarles la pensión es otra falacia como lo es el incrementar el salario mínimo a 1000 Balboas o hacer un metro hasta Chiriquí. Nadie con razonamiento lógico entraría a analizar esa torpeza, salvo que sea un redentor divino el que gane las elecciones, desdichadamente esa figura no existe entre los ocho candidatos.
Quizás más de un 50% de la población está indecisa en por quién votar, en las elecciones venideras y esto se debe al cúmulo de mentiras y engaños que se vienen diciendo y la frecuencia con que mienten. Dios te salve Panamá.
Prácticamente todos los candidatos presidenciales prometen construcción de hospitales, escuelas, trenes, puentes y hasta ríos
