• sábado 16 de septiembre de 2023 - 8:30 AM

La muerte de Spadafora según Díaz Herrera

Jugué un papel protagónico como periodista

Mientras viva, esa será la misión… reiterar, una y otra vez, los hechos que estremecieron a esta nación. Cuando lo hago recibo comentarios, la mayoría con reacciones de disgusto y de rechazo por aquellos acontecimientos que pasaron en la historia reciente de Panamá. Ayer hablé de cómo los medios y los líderes insultan la inteligencia de las mayorías con hipótesis cuya única misión es confundir y aturdir a la ciudadanía.

Eso mismo aconteció cuando se supo del hallazgo del cuerpo torturado y decapitado de Hugo Spadafora. Fue un suceso bestial cuyos autores se sintieron protegidos por el sistema reinante. Para mí, quienes actuaron de esa manera, los considero seres bestiales, diabólicos. Y en ese mundillo infernal estaban los autores intelectuales y materiales. ¿Quiénes son más culpables… los que dieron la orden o aquellos que empujaron armas letales en contra de Hugo Spadatora o los que planearon? Y ese calvario lo vivió este médico con vida. Y sus asesinos, mientras se ensañaban contra él, le espetaban frases denigrantes y se burlaban de su virilidad. Después, cuando el régimen se derrumbó, estos asesinos se refugiaban en la famosa ´´obediencia debida´´ que se aplica en los mandos miliares.

Jugué un papel protagónico como periodista. En aquellos tiempos buscaron a un alemán de nombre Manfred Hoffman para que declarara disparates. Así lo hicieron. Muchos se tragaron el cuento de este loco. La idea era confundir y alejar la culpabilidad de quien dirigía los destinos de las fuerzas de defensa. Y cuando mataron a Spadafora este generalito se encontraba fuera del país. Siento tanto asco por lo sucedido que no merece mencionar el nombre de este asesino. ¡Y miren el castigo enorme contra este militar… estuvo tantos años presos que su conciencia le debe haber pasado factura por el crimen de Spadafora y de otros! En esos tiempos el ejército lo comandaba el coronel Roberto Díaz Herrera. Hoy, le cedo este espacio para que reitere lo que supo sobre ese asesinato cobarde, rastrero.

A 38 AÑOS DEL ABOMINABLE CRIMEN DEL DR. HUGO SPADAFORA

(De mis archivos del año 2021)

ENTREVISTA DE UN GRUPO DE GRADUANDOS DE DERECHO UNIV. DE PANAMÁ.

---Coronel Díaz Herrera, nos sugirieron para un trabajo de un grupo que desea analizar hechos de la dictadura militar de unos 20 años específicamente los hechos del asesinato del médico Hugo Spadafora Franco. ¿Podremos hacerle sobre ese particular cualquier tipo de preguntas?

--Sí, no hay ningún problema ni limitaciones para que se informen de lo que yo conozco del caso

---Muchas gracias Coronel. Nos informaron que también es abogado. ¿Es cierto?

----Así es, pregunten lo que necesiten o deseen saber. Me es un deber histórico en tiempos cuando hay una anemia sobre estudios de la historia recién pasada, informar a quienes tienen ese interés.

----Bien Coronel. El 13 de Septiembre de 1985, ¿qué cargo tenía usted?

---Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, o sea formalmente segundo al mando; pero ya había tenido encontrones serios con Noriega y él tenía otro grupo de confianza que era el que tenía capacidad de dar órdenes sobre todo a los jefes y oficiales que tenían tropas bien armadas; es decir que a mí me había quitado gran parte de mis funciones. Por eso digo que mi cargo era nivel formal.

---¿Qué tipo de “encontrones” tenía usted con el General Noriega?

….. Discusiones ásperas sobre sus métodos de mando y sus acciones arbitrarias e ilegales para ordenar detenciones e incluso secuestros de líderes opositores con el fin de someterlos a interrogatorios ilegales, algunas reales torturas de adversarios. El Doctor Spadafora, un amigo personal de varios años, era alguien valiente, casi temerario, que denunciaba los abusos de Noriega e incluso se atrevía acusarlo por narcotráfico y tráfico de armas. En privado le aconsejé que debía cuidar su vida. En una reunión familiar por el año 1984 en Coronado que coincidimos los dos en la casa del difunto Santiago Torrijos, Hugo me dijo secretamente: “Roberto, ya no deben verte conmigo porque te vas a meter en problemas. Voy a arreciar contra este criminal y para que no  me detengan o algo peor lo haré desde San José donde me mudaré y entraré a Panamá con denuncias bien fuertes desde Emisoras de Costa Rica. Fue la última vez que nos vimos.

---¿Y usted que sabía bastante por qué no denunciaba a Noriega desde entonces?

---Ustedes son casi abogados ya; ¿ante quién o quiénes creen que podría denunciar a Noriega?

----Bueno, ante autoridades competentes…

---¿Cómo cuáles?

---Ante el Ministerio Público, Fiscales, la Procuraduría.

……¿Con qué posibilidades? Si el Procurador General y jefe de fiscales era el Lic. Carlos Villalaz, y este en ese tiempo recibía órdenes no solo de Noriega sino del mayor Nivaldo Madriñán, Director del D.E.N.I. (Departamento Nacional de Investigaciones) ¡Se imaginan qué resultados tendría una denuncia mía contra el que era-como decía el gran jurista Dr. César Quintero- “EL PODER REAL”. El que daba órdenes a la Corte Suprema (menos a dos voces dignas y valerosas, los entonces Magistrados Rodrigo Molina y Camilo Pérez) los que me alegraban interiormente con sus posturas de oposición a la mayoría sometida de aquella Corte.

---¿Tan dictatorial era Noriega y tan sumisos esos personajes que debían hacer justicia?

---Literalmente.

---Coronel, si así de hecho era todo, ¿no podía usted militarmente hacer algo más?

--- Ya les dije que “solo tenía un mando formal como Jefe de Estado Mayor”; sin embargo al enterarme por la columna del famoso periodista Guillermo Sánchez Borbón, del diario La Prensa “En pocas palabras” que Hugo había ingresado el día anterior por Paso de Canoas y ningún familiar sabía de él, o sea no llegó a la capital, llamé de inmediato al Mayor Papo Córdoba y le increpé duramente casi insultantemente “sé que ustedes mandaron a secuestrar y matar al doctor Spadafora”, lo cual él hipócritamente me negó, Noriega que estaba en París me llamó para reclamarme “hey Roberto, ¿por qué acusas a Córdoba de la muerte de ese loco médico  que tiene tantos enemigos?. Obviamente encubriéndolo de lo que el mismo Noriega ya sabía.

---¿Y usted se quedó entonces quieto ante semejante crimen tan bárbaro como se registra, con torturas infames donde llegaron según leemos que le cortaron los testículos y su cabeza aun estando vivo?

---En las instituciones donde mandan las armas no son lugares de “dialéctica y discusión de ideas”. Allí mandan solo las armas. No obstante, sabiéndolo unos dos o tres días después de ese secuestro y crimen terrible que marcó un hito repugnante en nuestra historia penal, sabiéndolo casi imposible, hice un intento de dar un golpe militar a Noriega y dejarlo en Francia.

---¿Y lo hizo?

---Sí, al menos el intento. Para ello reuní al pleno del Estado Mayor, los coroneles, y casi solo gestualmente medí si estaban de acuerdo. Antes había logrado que el Mayor Palacios Góndola (ahora casi todos los mencionados son difuntos) jefe del Batallón 2,000 con tropas de elite moviera unos doscientos soldados hacia el cuartel central y cuidando todo le dije que dejara a la mitad en el Tránsito- hoy la sede de la Dirección de la Policía Nacional. Lo hice curándome en salud , ya que el jefe del Tránsito era el mayor Aquilino Sieiro cuñado de Noriega. Por si acaso pillaba el MAN mis intenciones. La historia es muy curiosa: los coroneles no dijeron ni pio a favor de mis intenciones, y encima el entonces capitán Moisés Giroldi (que encabeza en 1989 un golpe contra Noriega, logra tenerlo arrodillado gimiéndole compasión, que Giroldi le da pese a las voces de compañeros como el teniente Licona que le decían “mátalo coño que no le puedes creer nada”; Giroldi lo perdona (en parte porque creyeron a la embajada gringa que habían dicho que ellos a cuatrocientos metros de la entonces Comandancia y la sede del Comando Sur en el Cerro Ancón mandarían tropas a apresar a Noriega, y finalmente el perdonado manda a asesinar a Giroldi.

Bien, ese capitán de entonces, que era jefe de la Compañía Urracá y fiel a Noriega en septiembre de 1985 cuando estoy planeando lo imposible, se me para al lado sin saludarme y con la funda de su pistola desabrochada. Su mensaje “ni lo intentes”. ¡Cosas curiosas! No obstante, siempre fui muy político siendo militar.  Calculando que iba a fallar un golpe había citado a la cúpula del PRD de entonces (hablo de Gerardo Gonzáles, Rómulo Escobar, Rigoberto Paredes y otros capos del partido; además calculando previamente cité también a quién era el Vicepresidente de Nicky Barleta, Eric Arturo Del Valle, sabiendo que los directivos de ese partido tenían rencores contra Barleta porque no les daba espacios y mandaba con amigos técnicos, y Nicky estaba en Nueva York en Naciones Unidas regresando ese día a Panamá. Los del PRD me pedían a gritos que lo sacara del mando. Y eso hice a la fuerza, haciendo que al llegar a Tocumen acompañado del entonces Canciller Jorge Abadía, este último  obligaría al presidente Ardito Barleta, bajo mi orden “de presentarse de inmediato a la Comandancia” (él pidió ir primero a su casa y le exigí a Abadía que no, que lo llevase a la Comandancia.

Noriega estaba también retornado de Francia, y tragando sapo nos abrazamos buscando disimular el intento de golpe, aunque se filtró. Le dije el plan de sacar a Barleta obligándolo a renunciar y me dijo “dale” (él también prefería a Del Valle). Y en la madrugada de esa intentona captada de mi plan le obligué a renunciar. Maquiavélicamente- y sabiendo que él llegó a presidente por un fraude, pensé: “en vez que los titulares de prensa mañana digan “Díaz Herrera intenta y falla en un golpe militar contra Noriega”, que esos titulares dijeran: “Barleta forzado a renunciar por el coronel Díaz Herrera (nos llevábamos muy bien, hoy no me habla) y lo considero un buen e inteligente panameño. Pero busqué un chivo expiatorio, porque me dije; “¿cuál de los dos puede hacer más contra este hombre que nos manda?”. Él había dicho que “nombraría una Comisión Investigadora Independiente ante ese crimen”. Pero ya con lo explicado a ustedes, futuros abogados; aunque nombrara santos eruditos, ¿ANTE QUIÉN O QUIÉNES ESA POTENCIAL COMISIÓN ENVIARÍA SUS INFORMES Y CONCLUSIONES) (si es que lograban romper la muralla de terror que infundía Noriega en Panamá)? Ante los funcionarios y tribunales penales entregados y sumisos.

---¿Y por qué Coronel Díaz, demoró después tanto en acusar públicamente a Noriega y ser hoy llamado “el detonante de la mayor crisis histórica panameña”?.

--Por lo que antes expliqué; denunciar a gente con muchas armas y poder totalitario, solo se puede enfrentar con armas. Decía Napoleón: “5 minutos antes de la hora, no es la hora;5 minutos después de la hora tampoco es la hora. La hora es la hora” Y la hora mía- pese a toda la barbarie contra mí, mis familiares íntimos y los que me acompañaban de cerca- 49 en total- recibimos la madrugada del  27 de julio de 1987 una invasión armada de 300 soldados de élite con gases y balas vivas, culatazos y  torturas físicas y psicológicas. El resto de esa historia hasta nuestro destierro al exilio por 8 años es más fácil buscarlo en archivos de diarios. Creo que hasta allí les respondo.

---Muchas gracias Coronel Díaz Herrera.

--Gracias a ustedes.” Hasta aquí la cita.

Como periodista e investigador de los hechos puedo dar fe de lo que narra Díaz Herrera. No solo me lo ha dicho en reiteradas ocasiones… también lo comprobé con otras personas que jugaron papeles protagónicos en aquellos tiempos. Y después de la bomba que lanzó este militar aquel 6 de junio de 1987 donde desnudó las corruptelas y los crímenes del gobierno cívico militar, Panamá comenzó a protestar como se debe. Tres días después se forma la Cruzada Civilista el 9 de junio, donde la mayoría de los ciudadanos, sin importar diferencias, se unió para combatir al régimen criminal que nos gobernaba. Y da tristeza que gente inteligente y acrisolada se prestara para las fechorías de este militar. Unos actuaron de esa manera por temor, otros para mantener las canonjías, riquezas y cuotas de poder. Cuando me encuentro a estos personajes dándose golpes de pecho solo puedo mirarlos con gestos de desprecio y de desaprobación. Y muchos de esos miserables pululan por allí buscando acomodo gracias a las bondades de la democracia, sistema que ellos mismos pisotearon. Saludos a mis seguidores y les deseo un feliz sábado.