• lunes 19 de septiembre de 2016 - 12:00 AM

Hay que librar la gran batalla

Todos libramos la misma BATALLA, y esta es la PELEA por la vida misma: ¡la vida eterna!  

MI-SION: -‘¡Ah! Tu eres el muchacho rápido al final'-, dijo Hitler al estrechar la mano de Louis Zamperini en 1941. El atleta estadounidense acaba de romper el récord olímpico de la vuelta más rápida en los 5,000 metros. ¡Lo rompió en la duodécima y última vuelta! Aunque no ganó medalla en Alemania, se perfilaba para el oro en las olimpiadas de Japón que nunca se realizaron, gracias a la segunda guerra mundial. Pero, en la guerra rompió otro récord: al ser derribado su bombardero, resistió 47 días como náufrago en alta mar, mientras todos le daban por muerto -incluso el Presidente Roosevelt envió carta de condolencias a sus padres-. Sobrevivió a torturas, prisión prisioneros y a trabajos forzados.

Sin embargo, realizó su sueño, y frisando los 90 años recorrió las calles de Tokio portando la antorcha olímpica. Entonces, visitó a sus captores y torturadores, y los perdonó. Lo hizo consciente de que la fe le había sostenido, y que la BATALLA más importante de la vida es ‘la BATALLA de la fe'.

Todos libramos la misma BATALLA, y esta es la PELEA por la vida misma: ¡la vida eterna! Fuimos creados para LUCHAR y provistos de ‘armas poderosas en Dios' para vencer: ¡úsalas! No importa cuán fuerte seas, si has o no has roto records, si estás en tu última vuelta, ni cuantas veces has caído: en Cristo puedes levantarte, seguir, alcanzar tu sueño, y la corona reservada para ti.

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