La parafernalia del gobierno llegó a su final, en un acto propio de una Corte Real o del Imperio donde los huestes aplaudían sin cesar en una armoniosa muestra, de según ellos haber hecho historia.
Ya sobre las bondades y desatinos del gobierno hemos escrito, así como todo aquello que dejó insatisfacción al pueblo por las actuaciones prepotentes del inquilino del palacio de las garzas.
La pandemia para la administración saliente, más que una desgracia, resultó marcar el resurgimiento de nuevos empresarios y ricos que con la desgracia mundial se aprovecharon del momento, para fortalecer los lazos de poder con ese gobierno.
También resultó una oportunidad, porque los planes de gobierno que no pudieron ser ejecutados, por este caso fortuito, sirvió de excusa para que el delfín del presidente pudiera presentarse en una contienda electoral, cuyo resultado es por todos conocidos.
De esta desagradable experiencia de cinco años, recordaremos el mapa de un país que se le desploma en una conferencia de prensa al señor presidente, la patética simulación de un gobernante que finge ser un empresario en Bocas del Toro, la simulación del empresario en el Aeropuerto, la Rosa de la esperanza, el manojo de lápices que lo hacían fuerte, la sabía experiencia de como orinar 5 veces sin halar la cadena, dejando en evidencia una práctica que emula el inodoro después de un miércoles de Carnaval, y podríamos seguir enumerando.
Lo cierto es que cada evento, tiene una enseñanza, y para Panamá y los panameños, lo fue. Mientras que para los aduladores cercanos al poder este fue el mejor gobierno de la historia republicana, pero para los que estuvimos ubicados en las aceras de enfrente como pueblo, vimos una foto de cuerpo entero de la inoperancia gubernamental.
Para los funcionarios del MOP, la basura, el agua, los sobrecostos, los temas de salud de la población pueden dormir tranquilos, porque los recordaremos como unas piezas vitales en este desparpajo de gobierno.
Gracias a Dios hay una democracia y una constitución que no es la mejor, pero que dice hasta aquí cuando el periodo constitucional termina. Evitando que se perpetúen en el poder los dictadores o los ciudadanos que buscan enriquecerse del pueblo.
Panamá enfrentará nuevos retos, y esperamos que lo vivido sea una experiencia aprendida por no saber distinguir la mediocridad y la inoperancia.
