Si de la enfermedad vinculada a la artritis se trata, la gota paraliza; y la relacionada al agua aún más.
Y es que, en estos días ha sido más que evidente la falta que hace una gota de agua siquiera para el diario vivir. La población de ciudad capital ha experimentado afectación de servicios como educación y salud, por la falta de este líquido, en principio por dificultades en el servicio energético de la planta potabilizadora de Chilibre. Nada nuevo sobre todo para el oeste del país.
Pero es un aldabonazo para evaluar a profundidad el ecosistema de suministro de agua con el que contamos, la necesidad de dotación de recursos, el uso racional; y por supuesto, aplicar proceso de manejo de crisis para observar y reaccionar ante escenarios mucho más difíciles.
Así como la Caja de Seguro Social está siendo sujeto y objeto de debates, el agua debe representar tema de ocupación nacional, en momentos en que se analiza la posibilidad de embalses para el funcionamiento del Canal de Panamà, el abastecimiento a comunidades rurales y optimizar la prestación del servicio en ciudad capital, amen de su comercialización.
Panamá apuesta al desarrollo y el agua, desde cualquier óptica, es el motor que impulsa la economía, el agro, el turismo y la industria. Es necesario que el agua esté realmente al alcance de todos, reconociendo su valor, sin discriminación alguna; y que, el negocio de suministro del líquido, no se convierta en especulación pura y dura.