No estamos hablando de blasfemas hechas en estas Olimpiadas de París, sino de errores en temas delicados como las pensiones, cuya irresponsable magnitud han sido para un récord olímpico. Haber dejado crecer el problema de las pensiones, que nos complica el escenario a futuro si se comete más errores, por ejemplo equivocarse ahora que luchamos por un cambio de timón. Vemos como hay desde financistas de la muerte, responsables de habernos metido en este problema en la ley 51 desesperados por bajar jubilaciones, subir edad y cuotas entre otros purgantes contra el pueblo, hasta directos alfiles de empresas de seguros y hospitales privados cuyo rol siempre ha sido de mantener deficiente el sistema público para que crezca su ganancia en el sector privado. ¿Van a solucionar lo público por cinco años afectando su negocio e inversiones de toda la vida? O vienen a privatizar o externalizar para pagarse equipos nuevos en sus hospitales privados a costa de los asegurados?
A veces es peligroso decir la verdad, pero lo que necesita el país es gente honesta que le diga la verdad al Presidente Mulino, sin temor ni ambages, sin amiguismo ni mentiritas cómodas sino lo que es correcto para que todo mejore y Panamá reciba mejor salud y jubilaciones honrosas. Reparar la capacidad instalada y ampliar servicios de MINSA y Caja es prioridad, antes que hablar de unificación financiera inconstitucional. Dios nos guíe.
