• miércoles 31 de mayo de 2023 - 12:00 AM

Epasa New Business 

los periodistas comienzan a recorrer el camino de la incertidumbre y la zozobra

Por allá en el mes de enero de 1990, con los gringos patrullando todavía las calles y nuestra gente llorando a sus muertos, fui contactado, por los amigos periodistas 'Lencho' Gálvez y el siempre recordado Arnulfo 'Fito' Mendoza (q.e.p.d), para echar la conversa sobre la situación política del país y las relaciones con los Estados Unidos. En uno de esos encuentros surge el tema de si podíamos intentar una conversación con los directivos del Panamá América, para que se nos diera la oportunidad de escribir en la página de Opinión.

Fui recibido por la profesora Mélida Sepúlveda y Cristóbal Sarmiento, en el edificio que quedaba en la vía Fernández de Córdoba y sin mucho protocolo se nos dio la oportunidad de una entrega semanal, no sin antes advertirme: “usted escriba con libertad que aquí no habrá censura”. La primera entrega la titulé “El Derecho a pensar en Democracia”, precisamente en honor a lo expresado que reflejaría la política editorial del medio para los años subsiguientes.

Al comparar estos pasajes, con la situación actual en la que se encuentran estos medios dentro del marco del juicio que empezó la semana pasada por la adquisición de sus activos por parte de un grupo empresarial al mando del designado, vemos un panorama incierto y sumamente alejado de los principios que inspiraron el funcionamiento de EPASA a partir de la década del 90'. Es evidente que desde la venta de los activos, la línea editorial y política informativa de esos medios, responden a los lineamientos que emanan del polo de poder de su accionista mayoritario, pero de manera alguna, una política informativa dentro del respeto a la libertad de prensa, de información y de expresión, con el balance informativo y la objetividad respectiva, cuya responsabilidad no es de los amigos periodistas que allí laboran.

Mientras salen los pormenores de la transacción de la adquisición de los activos, los periodistas comienzan a recorrer el camino de la incertidumbre y la zozobra, dado que es evidente, que serán las primeras bajas de producirse un llamamiento a juicio y posible condena por la transacción investigada. Tengan la absoluta seguridad, que lamentablemente, el principal responsable no alzará ningún dedo en su auxilio ni defensa y se hará el loco.