Hace unos días hubo todo un escándalo en las redes: en una conocida universidad, donde se presentaba un festival de teatro estudiantil universitario centroamericano, se presentó una obra sexual, casi pornográfica, alguien filmó y se filtró a las redes.
Vi el video, leí muchos comentarios y leí el comunicad de disculpas de la universidad sede, la cual solo se disculpó señalando que ellos apenas se dieron cuenta del espectáculo quitaron la andera y el estandarte del centro de estudios y nada más, es que hoy en día a cualquier marramachada le dicen arte. Que un ángel guatemalteco sueñe con un acto de violación vaginal y anal a mi no me importa, pero que le llamen arte pues no estoy de acuerdo.
Ahora cualquier cosa es llamada arte. Con el llamado arte moderno atrás quedaron aquellos grades maestros que estudiaban años, aquellos que pintaban, esculpían, escribían música que luego rompían porque no les quedó perfecta. Hoy un guineo pegado a la pared con cinta adhesiva es aplaudido; esto lo pueden confirmar buscando en las redes la pieza llamada Comediante del italiano Maurizio Cattelan y en Nicaragua un tipo llamado Habacuc exhibió un perro callejero en una exposición y la idea era dejarlo morir de inanición. Ante los recamos del público y de grupos pro rescate animal un día desapareció del ojo público y nadie sabe que pasó con el animalito. Su trabajo era para confirmar la hipocresía de la gente pues nadie soltó al perro y se lo llevó.
Lo siento, simular sexo en vivo no es arte, pegar un guineo en una pared hasta que se pudra tampoco, tirar arena en el piso a ver de que forma cae es ensuciar y dejar un perro amarrado pasando hambre para ver a reacción hipócrita del público tampoco lo es.
