En la vorágine de las redes sociales y los medios digitales, se nos presenta una encrucijada fundamental: ¿asumir cualquier postura o simplemente replicar lo que se ve y se escucha? Esta disyuntiva no es trivial, pues el no tomar partido nos coloca en la vasta mayoría que simplemente reproduce, comparte, y viraliza infobasura.
Esta acción, lejos de ser inofensiva, contamina el proceso mismo de la comunicación. Al compartir indiscriminadamente información sin cuestionar su veracidad, creamos barreras y distorsiones en el mensaje original. ¿El resultado? Manipulación y tergiversación, abonando así a la mala hierba del chantaje, la extorsión, el bochinche y el rumor.
La pregunta entonces es, ¿cómo escapar de este círculo vicioso? La respuesta radica en el ejercicio crítico de nuestra facultad de discernimiento. En lugar de ser meros repetidores de información, debemos convertirnos en consumidores activos, capaces de analizar, cuestionar y filtrar lo que llega a nuestras pantallas.
Es cierto que en la era digital la cantidad de información es abrumadora, pero también lo es la responsabilidad que recae sobre nosotros al interactuar con ella. Cada vez que compartimos un artículo, un meme o un video, estamos dejando una huella en el vasto paisaje de la web. ¿Qué tipo de huella queremos dejar?
No se trata simplemente de ser críticos por el mero hecho de serlo, sino de ser conscientes del poder que tenemos en nuestras manos. Al ser selectivos con lo que compartimos, contribuimos a construir un entorno digital más saludable y menos propenso a la manipulación y el engaño.
En última instancia, la decisión es nuestra: ¿ser parte del problema o parte de la solución? La próxima vez que nos encontremos frente a una noticia polémica o un rumor escandaloso, recordemos que nuestro silencio también comunica. Y que, al final del día, la verdadera fuerza reside en aquellos que se atreven a levantar la voz en medio del ruido digital.
En la era digital la cantidad de información es abrumadora, pero también lo es la responsabilidad que recae sobre nosotros al interactuar con ella.
