• sábado 19 de julio de 2025 - 12:00 AM

El impacto del sueño en los adolescentes

El sueño es un estado biológico que ocurre de forma cíclica y se caracteriza por una disminución en la interacción con el entorno. Existen dos tipos principales de sueño: el sueño con movimientos oculares rápidos (fase REM), asociado a un descanso reparador, y el sueño sin movimientos oculares rápidos (fase NREM), en el cual la persona duerme, pero puede no experimentar una sensación completa de descanso.

Se ha podido comprobar, mediante investigaciones realizadas, que el déficit de sueño afecta el estado de ánimo. Según un estudio realizado a diferentes adolescentes, se pudo constatar que aquellos que duermen 6 horas y 15 minutos o menos de manera habitual tienen una mayor tendencia depresiva que los que duermen 8 horas o más. El tiempo dedicado a dormir es fundamental, pero también es importante destacar que la irregularidad en las horas de sueño se relaciona con alteraciones en la atención, concentración, razonamiento y habilidades psicomotoras, así como con un incremento de la irritabilidad, la ansiedad y la depresión, aunque normalmente duerman las 8 horas.

Por lo tanto, es fundamental fomentar hábitos de sueño saludables, con horarios estables y adecuados, que favorezcan el equilibrio emocional y el bienestar general de los adolescentes.

Recomendaciones prácticas que pueden realizar padres y/o adolescentes:

-Establecer una rutina fija para dormir y despertar.

-Evitar el uso de pantallas al menos 1 hora antes de dormir.

-Practicar ejercicios de respiración/relajación antes de acostarse.