- miércoles 11 de septiembre de 2024 - 12:00 AM
El arte de disentir
Podemos tener opiniones contrarias a otras personas y mantener una relación saludable con ellas. No es fácil, pero sí posible.Todos queremos que nos quieran, que nos acepten, nos respeten y que nuestra verdad sea compartida con el resto de las personas.
A veces, deseamos ser un poco dueños de la verdad absoluta.
No resulta agradable enfrentarnos a posturas contrarias a nuestras creencias (aquello que consideramos como única verdad dentro de nuestro esquema mental).
Muchas veces, por temor a perder o por no ser aceptados y no encajar en un grupo, podemos aceptar algo contrario a nuestras creencias.
Por ejemplo, en la adolescencia muchos jóvenes entran en el mundo de las drogas por querer pertenecer a un grupo. No es lo mismo cuando ya se está en uno y existen posturas contrarias, pues ahí las decisiones se consensuan y se decide por mayoría. En este caso, se expresa una opinión, que puede ser minoritaria, pero se expresa una opinión. En la primera situación, se acalla la creencia personal y se guarda silencio por el deseo de pertenecer a la comunidad.
Muchas veces, quedamos resentidos con aquellas personas que nos contrarían, y en el fondo esto ocurre porque nos gustaría imponer nuestra verdad.
Para establecer y fortalecer una relación sana con una persona, debemos enfrentarnos a los cambios y las contradicciones. Bien decía Sigmund Freud: “Si dos individuos siempre están de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”.
Debemos escuchar al otro, evaluar si estamos o no de acuerdo con lo que dice y expresar nuestra opinión de forma asertiva, argumentando con hechos y sin atacar a la persona.
Abogada, mediadora, coach