- jueves 13 de junio de 2024 - 6:02 PM
El presidente electo ha jugado bien sus cartas. Ante un gobierno que sale con el mayor desprestigio, luego del gobierno de los milicos-PRD, despertar esperanzas no le ha sido difícil.
La esperanza cae de su peso, porque buena parte del pueblo se pregunta, como en 1990, ¿qué puede ser peor que el gobierno que termina?
Desde el 5 de mayo, aquel lema de campaña “Mulino es Martinelli y Martinelli es Mulino” no se ha vuelto a oír de boca del presidente electo, que está tomando distancia de su mentor.
Pero, el impertinente pero, el asilado sabe que puede pasar al panteón de los políticos y eso no le conviene. Aquí cabe una frase del padrino de boda del asilado, aquella de: “tongo botado no pone boleta”. No le conviene porque él y muchos de los colaboradores de su gobierno, y él y sus hijos incluidos, necesitan la ayuda que el presidente electo prometió.
Para esto tiene que demostrar que todavía puede poner algunas boletas y esto es controlando parte de la Asamblea Legislativa. Por eso, en jugada política, el entrante presidente ha confraternizado con las diferentes bancadas de la fraccionada Asamblea. A muchos ha apantallado pero, de nuevo el pero, el Ejecutivo sabe que no podrá comprar a 36 diputados, lo que sí puede hacer el huésped de Nicaragua. En el pasado lo hizo.
Pensemos: se percibe que solo hay 23 diputados “potables” (de Vamos y Moca) y 48 de los partidos tradicionales que han entrado por todo. Aunque nuevos las mayoría, vienen con el ADN de la bellaquera de sus partidos , lo que los hace susceptibles a venderse o alquilarse y el Ejecutivo no tiene fondos para “convencerlos”.
La confrontación está planteada y se está dando entre Ejecutivo y Legislativo. Ya el partido RM ha amenazado con revocar el mandato a sus diputados que no sigan la línea de apoyar Camacho. Vaya insolencia pero así son los dirigentes de ese partido. Y saben las flaquezas de los otros del tradicionalismo politiquero.
Los próximos días, acercándonos al 1 de julio, el matraqueo se intensificará para definir la correlación de fuerzas en la Asamblea.
“Desde el 5 de mayo, aquel lema de campaña ‘Mulino es Martinelli y Martinelli es Mulino’ no se ha vuelto a oír de boca del presidente electo, que está tomando distancia de su mentor.”
